l, ratificadas ante el juez del proceso penal, resulten inverosímiles, sin embargo, insisto, el juez __________ de Distrito en el Estado, toma la declaración de dicha persona al pie de la letra y tiene por acreditado en forma presunta, que el suscrito fue quien le ordenó al mencionado declarante, que trasladara el enervante afecto a la causa, desde la ciudad de __________________, hasta el lugar en que fue detenido junto con su acompañante, por elementos del ejercito mexicano, sin que se  encuentre acreditado ni siquiera en forma presuntiva o indiciaria, que el ahora recurrente, estuviese vinculado de alguna forma a ______________________________, pues no obstante que éste, en sus diversas declaraciones aduce que transportó la _______________ por ordenes de su patrón _________________, tal aserto no se encuentra probado, habida cuenta que en diversos momentos de su declaración ministerial adujo que se comunicaba telefónicamente con su patrón, no se cuenta con el número telefónico al que supuestamente le llamaba, y fue suficiente que afirmara que no recordaba el número de teléfono, para que el juez de amparo (y también el del proceso), diera por cierto que dichas llamadas telefónicas las hacía al suscrito, a efecto de recibir las indicaciones del manejo de la droga asegurada.

Cabe destacar que aun cuando el juzgador goza de prudente arbitrio para otorgar eficacia a las declaraciones de los testigos que les merezcan confianza, no es menos cierto que esa facultad no debe quebrantar (como ocurre en la especie) las normas de la lógica.
 
        Sirve de apoyo a lo anterior la tesis XIII.2o.8 P, visible en