Apreciable Lic. Porchini:
Es un verdadero privilegio que personas como Usted sean parte de este foro, máxime que a través de sus escritos -no solo este, sino todos los que están en Vox Populi- podemos apreciar su enorme experiencia, su capacidad para plasmar puntualmente las ideas, pero sobre todo, la grandeza de su espíritu. Para quienes apenas damos los primeros pasos en este camino de la abogacía -como es mi caso-, personas como Usted refuerzan el propósito de intentar, denodadamente, materializar -en la medida de lo posible- ideales como la justicia; y para ello, una herramienta preciosa es la FE. Que en muchas ocasiones me han dicho "tonta idealista", pues sí, pero lejos de ser una ofensa me halagan, porque eso soy y eso quiero ser y sobre todo, cuando llegue el momento de partir de este mundo, espero que la gente se refiera a su servidora como eso: una "tonta idealista" que a pesar de sus limitaciones humanas ha buscado y buscará, entre los pliegues de la legislación a esa dama huidiza y gentil que es la justicia; que sólo se deja ver y asir por aquellos que tienen un profundo compromiso con esta carrera. Y que sin duda alguna, Usted es uno de ellos. Gracias por compartir su sabiduría, que como polen esparcido por el suave viento de su benevolencia, nos llega a nosotros, que queremos consolidarnos como grandes abogados. Grandes abogados por tener el firme propósito de ponernos al servicio de nuestros vecinos -en este pequeño lugar donde la vida me ha colocado-; grandes abogados porque con el trabajo honesto y comprometido, he de abonar a la grandeza de nuestra Patria, pues si estoy recibiendo de ella el conocimiento a ella debe volver.
Lic. Porchini, Gracias, muchas Gracias por contar con Usted y estaremos pendientes de sus ensayos, porque aquí entre nos, ya los he leído todos y permítame comentarle que me deja un grato sabor en el alma y una alegría profunda de haber elegido una profesión tan noble como es la Abogacía.
Quedo a sus respetables órdenes.
