<p>Vamos a realizar un pequeño estudio y análisis respecto de este grupo que si bien es cierto es de los más VULNERABLES de nuestro sociedad, también lo es que para la impartición de justicia,  por increíble que parezca, este grupo no es vulnerable, cuenta habida que la Suprema Corte ha considerado la situación que rodea a quienes se encuentran dentro del grupo identificados como adultos mayores, y para Ripley, aunque Usted no lo crea, para el Alto Tribunal, el envejecimiento, por sí mismo, no conduce a una condición de vulnerabilidad, porque aunque reconoce que el adulto mayor, EN SU GRAN MAYORÍA, enfrenta problemas económicos, de trabajo, de salud, de seguridad social y maltrato, etc. etc., que los coloca en desventaja respecto del resto de la población, lo cual ha significado que un alto porcentaje son sujetos de desempleo o trabajo precario y sufren frecuentemente carencias económicas y de seguridad social, lo que los convierte en dependientes y víctimas de un comportamiento social adverso hacia ello; pues a pesar de ponderar esa situación, dicho Alto Tribunal excluyó que la condición de adulto mayor, por si misma, coloque a la persona en un estado de vulnerabilidad. De ahí entre otras extrañas cosas el criterio de la Primera Sala, ADULTOS MAAYORES. EL ENVEJECIMIENTO NO NECESARIAMENTE CONDUCE A UN ESTADO DE VULNERABILIDAD QUE HAGA PROCEDENTE EL BENEFICIO DE LA SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE.</p>

<p>Así es, resulta francamente increíble que, los Jueces, Magistrados y Ministros discriminen a los viejecitos de nuestra sociedad, ya que solo basta ver algunos criterios de estos adinerados personajes impartidores de justicia, para darse cuenta muy fácilmente que se encuentran muy alejados de la realidad, toda vez que solo basta con tener un poquito de conocimientos médicos, para darse cuenta muy fácilmente que, los ancianos que tienen la necesidad de tener que laborar a una edad avanzada, se exponen a eventuales riesgos y peligros de salud como, riesgos pulmonares, cerebrales y cardiovasculares, así como hipertensión arterial y ulceras, inclusive infartos, etc. etc. etc., y por consecuencia de ello, se acorta la esperanza de vida y calidad de la misma.</p>

<p>De lo hasta aquí narrado, resulta muy claro que, la visón de los Jueces, Magistrados y Ministros de la Corte, quienes ganan salarios exorbitantes, y por lo tanto pierden de vista el entorno y la realidad de estos viejecitos, el destino jurídico de todas estas personas se encuentra en una verdadera incertidumbre, ante juzgadores que resulta obvio no tienen la calidad moral para valorar lo que es una persona en esta condiciones de vejez que ellos mismos aceptan sus carencias y que a todas luces desconocen, pues además de que generalizan, pues nos encontramos ante un escenario que resulta francamente lamentable  respecto de la seguridad jurídica de todos estos muy “respetados” ancianos.</p>

<p>Por si lo anterior no fuera suficiente, desde la administración anterior, por poner un solo ejemplo, los adultos mayores de la Ciudad de México, ya recibían un apoyo por su condición de adultos mayores, de una pensión mensual de $1,275.00 pesos, o sea, $42.50 diarios, que corresponden a la LEY QUE ESTABLECE EL DERECHO A LA PENSIÓN ALIMENTARIA PARA LOS ADULTOS MAYORES DE SESENTA Y OCHO AÑOS, RESIDENTES EN EL DISTRITO FEDERAL mediante el programa de la Tarjeta de Pensión Alimentaria para adultos mayores de 68 años de la Ciudad de México.</p>

<p>Ahora bien, con las modificaciones propuestas por la nueva administración (cuarta transformación), el salario mínimo se fue arriba de los $100.00 (cien) pesos diarios, lo que implica una aumento del 16.21%, de tal suerte que en muy poco tiempo, los ancianos han perdido una parte muy importante de su poder adquisitivo, dada la muy alta inflación que el aumento al salario mínimo generó, motivo más que suficiente respecto de la presente reflexión, ya que a los que tenían una pensión como apoyo del Gobierno de la CDMX, que reitero está sustentada en la LEY, resulta que ahora los dejan  peor que antes, o sea, les están dando actualmente una pensión al doble que corresponde a $1,275.00 (mil doscientos setenta y cinco) pesos mensuales del programa de AMLO, pero les quitaron la que ya tenían de la tarjeta alimentaria, que es una cantidad exacta de $1,275.00 (mil doscientos setenta y cinco)  pesos mensuales, con la que su poder adquisitivo era mayor, con la diferencia reitero de una INFLACIÓN BÁRBARA dado el aumento al salario mínimo que el Gobierno actual generó, por lo que el supuesto programa de Pensión para el “Bienestar” de las Personas Adultas Mayores, resulta en algo francamente incierto y fantasioso respecto de un supuesto apoyo y beneficio hacia este grupo de personas adultas mayores, quienes como ya se matizó, están peor actualmente que en el pasado.</p>

<p>Todo lo anterior, es tan solo una muy pequeña parte de lo que se encuentra inmerso en estas malogradas personas, razón por la que hago esta reflexión a modo de alerta, ya que si no suceden acontecimientos fortuitos, algún día todos llegaremos a ser adultos mayores, y más vale estar muy bien preparados, ante tan evidentes incongruencias e injusticias.</p>

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Autor: Rosen (Visita mi Oficina)