1.-En el Estado de Colima como en todo el País, proliferan las empresas cuyas condiciones laborales se encuentran bajo la mas desfachatada simulación de actos jurídicos para evadir sus responsabilidades frente a los trabajadores en perjuicio de su seguridad y la de sus familias en materia de prestaciones y estabilidad en el empleo, esto es así, porque desde 1997, los empresarios esencialmente extranjeros privilegian la tendencia de subcontratar a su personal a través de figuras denominadas “outsourcing” o “empresas fantasmas” que funcionan de la siguiente manera: Las grandes compañías contratan a otra empresa para que sea ésta, y no la interesada, la que contrate al personal que necesita; ésta subcontratadora tiene una razón social que en muchas ocasiones, y debido al vacío legal que existe en cuanto a los requisitos para la creación de empresas, sobre todo en sociedades anónimas, obtienen una razón social sin tener las condiciones, tanto de capital como de constitución, que en un momento dado respalden un juicio en su contra.

          2.-El objetivo principal de estos actos simulados por empresas fantasmas y las grandes compañías extranjeras, es impedir cualquier responsabilidad a estas últimas en materia de riesgos de trabajo, pero principalmente para no reconocer un derecho laboral que es irrenunciable para un trabajador de base, esto es, la estabilidad en el empleo, en esa tesitura, tiene mas garantías la familia de un peatón atropellado de obtener la correspondiente indemnización por motivo de homicidio culposo a consecuencia de un accidente automovilístico, que un trabajador subcontratado por una empresa fantasma y cuya muerte se produce por un riesgo laboral a favor y en las instalaciones de la gran empresa principal, porque ésta se lava las manos al aducir que ese trabajador laboraba en la empresa fantasma sub contratada, la cual solo existe en un documento, y obviamente no tiene ni en que caerse muerta, menos responder ante un juicio laboral individual o colectivo por responsabilidad patronal.

          3.-Un ejemplo de ello, fue lo que ocurrió el 19 de febrero del 2006, con los 65 mineros sepultados en el Ejido Pasta de Conchos en el Estado de Coahuila, cuando quedó al descubierto que inseguridad y muerte es el valor de la jornada-hombre por la extracción de mineral, y cuyo fondo del problema es la lucha por la sobrevivencia sin abandonar la patria, todo a cambio de 16 dólares diarios por hombre de los cuales 20 pertenecían a un sindicato los demás  fueron victimas de la explotación subcontratada con la clara evasión de prestaciones sociales, aunado a que las condiciones generales de trabajo en extracción de minerales en México se encuentran al margen de  la norma internacional, por el persistente argumento de los industriales en el sentido de que trabajar en condiciones mas seguras para los trabajadores hacen incosteable esa actividad, y que resultó increíble que ante la tragedia y  sin los cuerpos se ofrecieran setecientos cincuenta mil pesos por cada uno de los trabajadores, con o sin contrato colectivo de trabajo, no importa si detentaban derechos laborales de forma directa o trabajaban para una empresa fantasma, pues en condiciones de presunción de muerte todos eran iguales en presunción de vida continuarían señalados y explotados por la subcontratación de esas “empresas patito”.

          4.- En Colima y nuestro País, existen grandes empresas que se han constituido en perjuicio de comunidades y ejidos, y que por su dudoso origen administrativo, tienen un compromiso social de reivindicación comunal ante el endoso de contaminación ambiental cuyas afecciones a la salud publica se han consentido, no conforme con ello exigen consideraciones fiscales y tarifas de energía eléctrica preferenciales por el impulso laboral que representan, sin embargo, esas empresas se están engolosinando con la sobreexplotación laboral de la gente originaria de nuestras comunidades, son ellos los subcontratados, son ellos los que no tienen estabilidad en el empleo, son sus familias quienes no cuentan con una verdadera seguridad social, sin embargo esas empresas sin ningún pudor reclaman dolosamente su certificación de “cero siniestralidad” en materia de riesgos industriales a cambio de la sangre que se derrama en sus propias instalaciones pero que ni ven ni oyen porque para ellos son trabajadores subcontratados, una especie de fantasmas como fantasmas las empresas que los subcontratan. "aersanav">aersanav arroba hml

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Autor: aersanav (Visita mi Oficina)