Tradicional Foro de consultas


   

 
Buscar respuesta No.:

  • Consulta : 123863
  • Autor : LicVelazquez
  • Consultas en Foro: 6
  • Respuestas en Foro: 1006
  • Vox Populi: Política: Derecho: Anecdotario:
  • Cafes:
  • Visitas a mi oficina: 3654
  • : 0 %
  • : 0 %
Recomienda esta respuesta a un amigo
  • Autor
    Respuesta No: 236957

  • LicVelazquez
    ABOGADO ADMINISTRATIVO


    (Visita mi oficina)

     

    No es un acto que pueda tipificarse como terrorismo, por la obvia ausencia de una manifestación ideológica que vaya en contra de la "seguridad nacional" o presionar a la autoridad constituida para actuar en determinado sentido, elementos fundamentales del cuerpo normativo del delito en cuestión.

    Sin embargo, me parece que es una muestra de la máxima impunidad en que se desenvuelven los brazos armados de los grupos políticos y económicos que son la verdadera delincuencia organizada de México. Este lamentable suceso, está inserto en un juego perverso de poder y presiones políticas entre las mafias ( Diría un conocido político tabasqueño).

    A continuación reproduzco un interesante artículo publicado hoy en Milenio por Fabián Pulido en el que se pregunta cuántos muertos más se necesitan. 

    Agrego que, 50 niños hubieron de morir calcinados en Hermosillo y la sociedad política mexicana como si nada; 17 estudiantes fueron masacrados en Ciudad Juárez y la sociedad política mexicana como si nada; decenas de muertos al interior de los penales, recluidos en prisión preventiva bajo la "presunción de inocencia" y la sociedad política mexicana como si nada; miles de muertes de civiles a manos de soldados y policías federales, que "respondieron a agresiones" de las que no hay expediente averiguatorio alguno, y la sociedad política mexicana como si nada; caravanas de ciudadanos marchando por todo el país indignados y clamando paz y justicia y la sociedad política como si nada. Por contra esa misma élite se halla en busca afanosa de limpiarse de las responsabilidades nacional e internacional civiles y penales, por tantas víctimas generadas por el ilegal emplazamiento de la milicia en contra de la población, la ruptura del estado de Derecho, por la violación sistemática de los hoy pomposamente llamados derechos humanos y sus garantías.

    ¿Cuántos muertos más necesitaremos como pueblo vejado y saqueado para atrevernos a indignarnos?

     

    ¿Cuántos muertos más para sus intereses políticos?

    ENVIADO POR FABIÁN PULIDO EL VIE 26 AGO 2011 13:35:48 CDT.

     

    Los culpables de los más de 50 muertos por el ataque al casino en Monterrey el día de ayer no son los integrantes de "un grupo de criminales sin escrúpulos” como declaró Poiré, vocero del Consejo de Seguridad Nacional. Los culpables de estas muertes son ustedes, los políticos de este país. Son ustedes, la mayoría de los alcaldes, gobernadores, legisladores y presidentes de partidos políticos vergüenza de esta nación.

    Mi intención era tratar de enlistar cada uno de sus nombres. Sí, me sigo refiriendo a ustedes, políticos que no han hecho sino distraer la responsabilidad pública que se les ha conferido para dedicarse a su “inalcanzable” e incansable lucha por el “poder”.

    Imposible nombrarlos a cada uno de ustedes. Hubiera necesitado una memoria de elefante para empezar por la camarilla de rufianes que gobernaron este país por 70 años y seguirme sin escalas con los que en épocas actuales dedicaron sus energías en crear tontos desafueros, golpes bajos con la lengua y cualquier tipo de actividad electoral fuera de los tiempos de campaña en lugar de estar cuidando el país que nosotros los ciudadanos, irresponsablemente, hemos dejado en sus manos.

    Sí, hay que admitirlo, compartimos esa responsabilidad con ustedes, políticos desvergonzados que cuando se les inquiere sobre sus acciones salen con respuestas cínicas como “esta es la última vez que respondo sobre la deuda de mi estado” como si pertenecieran a una elite o a una dinastía. El pueblo, nosotros, somos también responsables por valernos madre al elegir a los ocupantes de las curules sin preguntarnos con verdadera seriedad y juicio quién es quien merece mi representación más allá de las imbéciles pasiones partidistas con las que me topo día a día en conversaciones de café.

    Somos los ciudadanos mexicanos responsables también de esta violencia. No el crimen organizado. Somos los electores (y los que no) responsables por dejar pasar su ineptitud con esa desidia tan internacionalmente conocida y siempre puesta en marcha con una sola expresión: “mañana”.

    Somos responsables porque, salvo pequeñas aportaciones maduras y hambrientas de justicia y llenas de amor por su patria, dejamos pasar sesiones y sesiones y sesiones que ni en las “extraordinarias” dan cabida a las reformas estructurales, a la tan olvidada Reforma del Estado que por años se ha quedado en el cajón del olvido para darle espacio a discusiones estériles como el “águila mocha” o si PEMEX debiera o no abrirse a la iniciativa privada defiendo a la empresa como si se tratara de alguna deidad mientras que el pueblo sigue hambriento y como respuesta de ello, corruptible.

    Los mexicanos somos culpables por permitir que ustedes políticos, destrocen las instituciones que con trabajo hemos construido. Por permitir que un IFE ciudadano pase de nueva cuenta a manos de los partidos políticos. Somos culpables por permitirles que distraigan los recursos públicos para la autocolocación de “medallas de mérito” en lugar de invertir ese dinero en un sistema educativo capaz de generar ciudadanos cívicos que puedan despedirlos con noción e información cuando no hacen ustedes su trabajo, como hasta ahora.

    Cuánto dinero se ha gastado el gobierno del Estado de México para vender con intenciones electorales su maravillosa y nueva red carretera como si fuera un mérito y no una obligación del gobernador trabajar para ello. A cuántos senadores con licencia les vamos a permitir que anden por todo el país haciéndose promoción para ser candidatos de su partido como si hubieran entregado buenas cuentas cuando ocuparon puesto decisivos como la Secretaría de Gobernación. Vivimos en una eterna campaña electoral pagada con nuestros impuestos y no decimos ni “pío” y mucho menos hacemos algo al respecto.

    De verdad qué se creen que son. Y de verdad, qué pensamos nosotros los ciudadanos que hemos dejado que estos políticos se crean de todo en lugar de recordarles lo que verdaderamente son: servidores públicos ¿De qué manera y cuándo hemos exigido reformas que castiguen a los gobernantes y legisladores que entregan malas cuentas?

    No señoras, señores míos, la muerte de estos hermanos regios (y la violencia de los últimos años) no responde a la decisión de un grupo de criminales o a reglamentos no aplicados; responde a las malas decisiones que hemos tomado como ciudadanos permitiendo por décadas que los políticos de nuestro país hagan lo que quieren y a sus anchas sin establecer el verdadero poder que debe reinar en una nación: el poder de la gente, el poder de exigir y castigar a quienes han ignorado su mandato.

    Vergüenza les debería de dar. Vergüenza nos debería de dar a todos. Por ello insisto, ¿cuántos muertos más, cuánta sangre más representa el “valor”, el “precio” de sus ambiciones, puestos y colores de partido?

    Nota en el refri: “Nada tiene sentido para el hombre, sino en función del porvenir”. Ortega y Gasset.