En primer lugar, la Señora a la que usted despectivamente se refiere como su "ex-mujer", en referencia a la esposa de su amante, no es su ex-mujer, es su cónyuge, con todos los derechos que como tal le concede la ley.
En segundo término, si una de sus vecinas la acusó de "ratera", y no existe ninguna sentencia dictada por un juez competente, dentro de un procedimiento penal en el que se hayan observado todas y cada una de las formalidades inherentes a ese juicio, y en el que el juzgador, por considerar que se encontraban plenamente acreditados los elementos materiales del robo y la responsabilidad penal de la esposa de su querido, y que dicha sentencia, además, haya causado ejecutoria, usted carece de todo sustento lógico, jurídico y moral para señalarla con ese calificativo.
Como tercer punto, dado que el esposo de esa Señora es quien ha incurrido en la causal de divorcio consistente en el adulterio, toda vez que usted expresamente reconoce que con él ha procreado a tres hijos, entonces, el derecho de ejercitar la acción de divorcio por ese motivo, le corresponda a dicha persona, no a su amasio, y si ella decidió no demandarlo, también carece entonces usted de calidad moral para quejarse de la decisión tomada por ella.
A lo anterior, debo añadir que las obligaciones de su mancebo para con su cónyuge, persisten íntgramente, toda vez que el matrimonio que celebró con ella subsiste; por tanto, debe pagarle alimentos, y si no lo hace, entonces la Señora está en aptitud de ejercer en contra de su amancebado, la acción civil correspondiente e, inclusive, la acción penal derivada del incumplimiento de su arrimado a sus obligaciones familiares.
Como cuarto tema, es absurda la pretensión suya y de su "arrejuntado" que la guarda y custodia de los hijos que hubo entre él y su aun esposa, se las concedan a ustedes, pues es de considerarse que aún en el extremo que, como usted afirma, la casa que habita la Señora y sus hijos esté hecha un asco, es preferible un poco de suciedad en la vivienda, que la porquería y pudredumbre en el alma y el corazón; y si a ello se añade que su amante, tampoco proporciona a sus hijos los alimentos que debe ministrarles, puedo asegurarse que corre el inminente riesgo de ser sujeto a una acción penal por ese motivo, de forma tal que si ello ocurre, tendrá que compurgar una pena de prisión y usted, la oportunidad de conseguirse a otro querido con menos problemas y compromisos.
Mejor guárdense usted y su amancebado en despertar al gigante dormido, porque le aseguro que si intentan cualquier acción legal pretendiendo lo que aquí señala tienen intención, la Señora podrá tener una reacción que, cuando se den cuenta de los alcances legales, se arrepentirán de las consecuencias legales que les acarreará a usted y él.
