Estado de Referencia: Distrito Federal

Soy yo nuevamente Luis Andrés Cabrera Valdez

Miren yo siento en el alma que fue dominada,  no tengo pruebas concretas, o visibles.

Desde que era chica siempre se caracterizo como un persona que se deja influenciar por todos, desgraciadamente pero así es,  la amenazaba uno con que hiciera su tarea, con hacer algo, y lo hacía, en la escuela era muy tranquila hasta que se hizo de compañeros,  por lo cual empezó a hacer travesuras y así fue su vida,

Cuando iba cumplir quince años la mamá de ella llevo a un muchacho para que le enseñara los bailes  para la fiesta, no recuerdo la fecha exacta que llego esta persona a la casa pidiéndole  permiso a la mamá de que dejara ir a Daisy a una fiesta, por lo cual yo me opuse y mi hija “no quería ir”, pues la mamá insistió y la convenció a solas para que fuera, y se fue, entre nosotros como pareja ya se estaba muriendo todo, así que me gano, y la convenció y se la llevo, no se a donde, pero hice responsable a Cristina de lo que le pudiera pasar.

Al otro día que llego mi hija y le pregunto todo, ¿Cómo le había ido? ¿Hasta dónde fueron? y mi hija llorando me dijo, que no quería ir, que le propuso noviazgo, y la quiso manociar, la cual yo le reclame a la mamá y me dijo ella que estaba exagerando daisy, que no era cierto, no sabía qué hacer, hable con el muchacho y lo amenace y lo corrí, pero salieron en defensa de él mi suegra, mi esposa, y pudieron más que yo esto fue tres meses aproximadamente ante de la dichosa fiesta.

Así siguió ese amigo enseñándoles los bailable, pero hable con mi hija, que no se dejara que se opusiera a todo lo que quería esa persona, si la amenazaban con hacer algo que no quisiera me dijera y los demandábamos.

Total siguió lo de la fiesta pero ahora el muchacho se le acercaba mucho a Cristina, demasiado que llego el momento que no se aparecían los dos, esas noches terciadas entre las enseñanzas de baile y desaparecidas de los dos, ya llegaban juntos, y hasta de la mano,

Esa noche de la fiesta fue una grandiosa fiesta por mi hija que yo creo que se la merecía, pero yo no aguante mas con los desfiguros de mi esposa con aquel muchacho que por lo menos le llevaba el doble de edad, es decir, ella ya tenía como 37  años y él como 18 a 20 años, y me fui, no antes de despedirme de mi hija que no tenía la culpa de nada.

Esto no es para que vean como sufrí, sino para que vean como es el carácter de mi hija que con amenazas hace cosas que no quiere hacer, y así puedo contar varias historias.

Yo creo en la inocencia de mi hija, pero me encuentro desesperado, ya que no puedo hacer nada por ella, no puedo verla, y si se entera Cristina de esto lo primero que va a decir que soy un cobarde que ahora que ya ha pasado todo vengo a decir mentiras o cosas así.

La intensión de esto no es para regresar con ella, para evadir problemas, ni quiero darme promoción alguna, sino es simple quiero que le ayuden a Daisy Janet Cabrera Vargas

Atentamente

Un padre que no ha terminado de pagar sus culpas