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EL SER HUMANO Y LA PERSONA HUMANA COMO COSAS HUMANAS
- Autor : Victormiaz
- Fecha : Lunes 21 de Septiembre de 2015 14:08
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El gobierno necesita de mitos, de símbolos y de ritos para mantenerse en el poder el mayor tiempo posible. En el caso mexicano el grito se dio un dieciséis de septiembre por la madrugada pero el buen Porfirio Díaz, incorporó el día de su cumpleaños (15 de septiembre al festejo patrio). Desde entonces, se da el grito los días quince de septiembre y no el dieciséis como originalmente pasó. Los símbolos patrios como la bandera, el himno, la campana de Dolores; las imágenes de los que iniciaron la independencia (Miguel Hidalgo, María Morelos, etc.), los que se dice dieron su vida defendiendo la patria (Los niños héroes), los que iniciaron la revolución mexicana (Emiliano Zapata, Francisco Villa), son de gran utilidad ideológica que el gobierno en turno usa para el control del pueblo. Se hace uso del sentimentalismo patriótico para hacer sentir a los mexicanos que existe una identidad más allá de cualquier diferencia real o de cualquier desatino o de plano de un fracaso total en el gobierno. Los ritos son otros elementos que tienen la finalidad de hacer sentir a la nación mexicana que existe seriedad, compromiso; véanse los desfiles, la solemnidad del traspaso del poder en el Ejecutivo Federal, los gobernadores o hasta el más modesto presidente municipal; los desfiles de las fuerzas armadas impresionan por su marcialidad aunque sean los mismos que reprimen, desaparecen, matan y reprimen al pueblo. En el sistema educativo se hace los mismo, se inculcan los mitos, se enseña a respetar los símbolos y se hacen ritos periódicamente para domar la resistencia juvenil.
Cuando los jóvenes se hacen ciudadanos se les obliga de todas las maneras posibles a que se identifique con ser ciudadano, se empieza con una identificación para votar y el amaestramiento sigue de mil maneras sutiles. En este punto la mayoría esta alienada y se ofende si alguien se sale de lo establecido; si se está en una multitud, una oleada de miradas reprobatorias se lanzaran a censurar el mínimo desliz ante los mitos, los símbolos o los ritos.
Es evidente que, quienes están en el poder tienen toda una maquinaria construida exprofeso para manipular a la población sin que esta sepa que está siendo usada en contra de sus propios intereses; incluso sirven para acallar y aun aplastar a los disidentes, a los críticos y oponentes al sistema imperante. No sorprende que las masas actúen irracionalmente en contra de quienes tienen la consciencia de la corrupción, de los excesos e impunidad de los gobernantes.
El grito de Miguel Hidalgo no fue de independencia, estaba destinado contra el mal gobierno y no contra Fernando VII; solo quería un mejor trato para con sus intereses. Después, la historia fue diferente y vino la independencia. Es irónico y muy significativo que sea precisamente el mal gobierno en turno quien de un grito de independencia cuando ha sido totalmente un gobierno contra reformador hasta llegar a ser un gobierno que ha logrado volver dependiente al pueblo mexicano, tanto en lo político como en lo económico, dos cosas fundamentales. Las privatizaciones han venido ordenadas por las grandes trasnacionales; el actual gobierno es dependiente del poder económico. Las privatizaciones tienen como único fin que todos los bienes y servicios les cuesten a los ciudadanos y que vencido el obstáculo, las nuevas generaciones sientan tan natural que deben pagar por todo lo que tengan menester y se vuelvan más consumidores que ciudadanos conscientes.
No se puede entender cómo se va haciendo cada vez más grande la distancia entre lo que es la persona humana y la persona como sujeto de derechos y obligaciones sin el concepto de cosa humana. A la primera se le definía desde la Filosofía, tratando de dignificarla; la segunda, se le definía desde el Derecho y se le trataba de proteger en sus garantías individuales (Lugar casi sagrado que debería respetar el gobierno); esto se ha ido abandonando en favor de la degradación de la persona humana y el ciudadano hasta el punto de crearse nuevas prácticas en la realidad que dan paso a nuevos conceptos; la persona es ya solo una pálida sombra en su dos aspectos y se ha creado la persona-mercancía, la cosa humana que vale para el sistema político-económico, en cuanto es consumidor sumiso y alegre integrante del mas decadente ente: el Estado.
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