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LOS PRIISTAS COMO MEDICOS ESPECIALIZADOS DE LOS MALES NACIONALES. UNA ILUSIÓN PELIGROSA
- Autor : Victormiaz
- Fecha : Martes 26 de Febrero de 2013 05:34
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Con el regreso de los priistas a la presidencia de la Republica mostraron que estaban ávidos de volver a hacer realidad para ellos mismos, la propuesta también de su autoría a través del Cesar “El Tlacuache” Garizurieta: “Vivir fuera del presupuesto es, vivir en el error”. Es decir, vivir del erario como sátrapas o jeques árabes, sin ninguna responsabilidad. Ahora bien, para ello necesitan una estrategia para engañar al pueblo mexicano. En efecto, sin una intrincada red propagandística con relación a que Pemex necesita de forma imperiosa inversión privada, nacional e internacional, a efecto de que el pueblo permita que los priistas se beneficien de manera particular. Por otro lado, pondrán en marcha la Cruzada Nacional Contra El Hambre como segundo distractor nacional con el mismo fin. Es decir, que están aplicando la formula romana “Pan y circo”.
La fórmula discursiva de los priistas está basada en el diagnóstico médico. Los priistas se han convertido en médicos especializados por sí mismos, de todos los males nacionales. Han hecho su diagnóstico y nos han dicho que el paciente (nación mexicana), está en grave estado, casi en agonía. Para ello han recetado pan (Cruzada Nacional Contra El Hambre), sobre el grueso de la población más necesitada. Esto les abre la posibilidad de distraer y a la vez ganar la voluntad de una buena parte de la nación mexicana, no solo de los beneficiados y circo, toda la publicidad tendiente a despertar el sentimiento de esperanza de una buena parte de los mexicanos que quieren una mejor vida o por lo menos la esperanza que es, lo último que muere.
Los pueblos cansados del despotismo de los reyes clamaban la famosa frase: “Muera el rey, viva el rey”. Se desea vehementemente termine un mal gobierno, que muera (no necesariamente físicamente) quien encarne dicho órgano administrativo y que llegue otro que encarne el órgano ejecutivo y que represente la esperanza colectiva. Prácticamente la esperanza no muere sino solo se traslada al nuevo gobernante. Este es el papel que quieren los priistas que el limitado Peña Nieto represente, él solo no sería capaz de representarse así mismo, sin embargo, estamos ante toda la maquinaria del viejo y nuevo PRI, que son lo mismo, en conjunción con el capital privado nacional y extranjero, apoyados por El Fondo Monetario Internacional y todos aquellos que ven en la sobre explotación del petróleo, los demás bienes naturales y servicios públicos un manantial para sus propios intereses.
Además de diagnosticar los males nacionales, los priistas nos han dado la solución a esos males: la aplicación del neoliberalismo, que en resumen se trata de explotar al máximo los bienes de todas las clases (nacionales, naturales, minerales etc.) y los servicios públicos (salud, educación, puertos, aeropuertos, seguridad social etc.), es decir producir bienes de precaria calidad y servicios de mala calidad a efecto de imponer el máximo ritmo de consumismo. Resulta de todo esto que la “Cruzada Nacional Contra El Hambre” y casi todo lo que implemente el gobierno federal son, distractores bien montados a efecto de poder ahondar la privatización, tanto de los pocos bienes nacionales como de los servicios públicos.
Aunado a esto, se tiene como pago a la nación mexicana por el triunfo priista y su regreso al gobierno federal la intención clara de imponerle al pueblo más impuestos en alimentos y servicios.
Ante este estado de cosas, necesitamos de otros diagnósticos y de otras posibles soluciones a los males nacionales, que tengan como fin, el de no entregar los bienes nacionales y los servicios públicos a la iniciativa privada nacional y extranjera sin ninguna responsabilidad, tanto de esas iniciativas privadas y de los responsables del gobierno. Tener una sola visión de posibles soluciones es no tener libertad alguna de elegir y a esa senda nos quiere llevar el gobierno priista. Rechacemos esta visión única y torcida y busquemos alternativas que no sean entreguistas.
No tengo dudas de que hay nuevas generaciones que están libres de sangre tiránica y que ya no se conforman con el paternalismo ilusorio del gobierno y que los medios sociales de comunicación representan opciones de construcción diversa a los gobiernos e incidencia de los ciudadanos en la cosa pública. La solución debe ser de la nación en su conjunto y no de un solo partido, de un solo gobierno ni de una sola ideología. Muera el rey, viva el ciudadano.
Con el regreso de los priistas a la presidencia de la Republica mostraron que estaban ávidos de volver a hacer realidad para ellos mismos, la propuesta también de su autoría a través del Cesar “El Tlacuache” Garizurieta: “Vivir fuera del presupuesto es, vivir en el error”. Es decir, vivir del erario como sátrapas o jeques árabes, sin ninguna responsabilidad. Ahora bien, para ello necesitan una estrategia para engañar al pueblo mexicano. En efecto, sin una intrincada red propagandística con relación a que Pemex necesita de forma imperiosa inversión privada, nacional e internacional, a efecto de que el pueblo permita que los priistas se beneficien de manera particular. Por otro lado, pondrán en marcha la Cruzada Nacional Contra El Hambre como segundo distractor nacional con el mismo fin. Es decir, que están aplicando la formula romana “Pan y circo”.
La fórmula discursiva de los priistas está basada en el diagnóstico médico. Los priistas se han convertido en médicos especializados por sí mismos, de todos los males nacionales. Han hecho su diagnóstico y nos han dicho que el paciente (nación mexicana), está en grave estado, casi en agonía. Para ello han recetado pan (Cruzada Nacional Contra El Hambre), sobre el grueso de la población más necesitada. Esto les abre la posibilidad de distraer y a la vez ganar la voluntad de una buena parte de la nación mexicana, no solo de los beneficiados y circo, toda la publicidad tendiente a despertar el sentimiento de esperanza de una buena parte de los mexicanos que quieren una mejor vida o por lo menos la esperanza que es, lo último que muere.
Los pueblos cansados del despotismo de los reyes clamaban la famosa frase: “Muera el rey, viva el rey”. Se desea vehementemente termine un mal gobierno, que muera (no necesariamente físicamente) quien encarne dicho órgano administrativo y que llegue otro que encarne el órgano ejecutivo y que represente la esperanza colectiva. Prácticamente la esperanza no muere sino solo se traslada al nuevo gobernante. Este es el papel que quieren los priistas que el limitado Peña Nieto represente, él solo no sería capaz de representarse así mismo, sin embargo, estamos ante toda la maquinaria del viejo y nuevo PRI, que son lo mismo, en conjunción con el capital privado nacional y extranjero, apoyados por El Fondo Monetario Internacional y todos aquellos que ven en la sobre explotación del petróleo, los demás bienes naturales y servicios públicos un manantial para sus propios intereses.
Además de diagnosticar los males nacionales, los priistas nos han dado la solución a esos males: la aplicación del neoliberalismo, que en resumen se trata de explotar al máximo los bienes de todas las clases (nacionales, naturales, minerales etc.) y los servicios públicos (salud, educación, puertos, aeropuertos, seguridad social etc.), es decir producir bienes de precaria calidad y servicios de mala calidad a efecto de imponer el máximo ritmo de consumismo. Resulta de todo esto que la “Cruzada Nacional Contra El Hambre” y casi todo lo que implemente el gobierno federal son, distractores bien montados a efecto de poder ahondar la privatización, tanto de los pocos bienes nacionales como de los servicios públicos.
Aunado a esto, se tiene como pago a la nación mexicana por el triunfo priista y su regreso al gobierno federal la intención clara de imponerle al pueblo más impuestos en alimentos y servicios. Es incongruente lanzar con toda la parafernalia propagandística tan costosa La Cruzada Nacional Contra El Hambre y por el otro lado, liberar las consciencias enfermizas de los legisladores, que no arriesgan un solo centavo de sus jugosos sueldos y prestaciones, para que funjan como matarifes del rebaño popular. La clase política priista en turno se han convertido en los verdugos de la democracia, de la traición a sus votantes y al pueblo en general. Combatir todo exceso en los políticos es una obligación ineludible para todo ciudadano consciente. Aceptar una incongruencia de tal naturaleza es estar en el umbral de volver aceptar un sistema totalitario y por ende, injusto solo para el pueblo.
Ante este estado de cosas, necesitamos de otros diagnósticos y de otras posibles soluciones a los males nacionales, que tengan como fin, el de no entregar los bienes nacionales y los servicios públicos a la iniciativa privada nacional y extranjera sin ninguna responsabilidad, tanto de esas iniciativas privadas y de los responsables del gobierno. Tener una sola visión de posibles soluciones es no tener libertad alguna de elegir y a esa senda nos quiere llevar el gobierno priista. Rechacemos esta visión única y torcida y busquemos alternativas que no sean entreguistas.
No tengo dudas de que hay nuevas generaciones que están libres de sangre tiránica y que ya no se conforman con el paternalismo ilusorio del gobierno y que los medios sociales de comunicación representan opciones de construcción diversa a los gobiernos de una sociedad política con incidencia en los ciudadanos en la cosa pública. La solución debe ser de la nación en su conjunto y no de un solo partido, de un solo gobierno ni de una sola ideología. Muera el rey, viva el ciudadano.
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