............Enrique Peña Nieto ha recibido felicitaciones de un buen número de jefes de Estado y de gobierno que lo consideran ya como el virtual ganador de los comicios del pasado 1º de julio. 

Personalmente, no creo que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación determine la revocación o anulación del proceso electoral pasado. No lo creo, porque el argumento del megafraude no se sostiene; sencillamente no hay evidencias contundentes que demuestren que al IFE lo burlaron mediante una gran conjura entre el PRI, el Partido Verde, Televisa, Monex y las tiendas Soriana, entre otros.

Está en marcha ya la sabrosa práctica de especular en torno al Gabinete que conformará el señor Peña Nieto, el cual, al viejo estilo priísta, bien podría consistir en un reparto de recompensas a los diversos grupos que contribuyeron a su triunfo.

Para la Cancillería, uno de los bastiones peor aprovechados por los gobiernos panistas, se barajan diversos nombres. No sin razón, se cree que desde la titularidad de la política exterior de México, se contribuiría a proyectar la imagen de un país emergente con capacidad de liderazgo a nivel regional y mundial, la cual ha perdido. Y es que cuando uno ve la foto oficial de la Cumbre del G-20 efectuada en Los Cabos en junio pasado, nuestro Presidente se diluye, no es el cuadro de un estadista sino la estampa de un cabecilla al que le han organizado su despedida.

El columnista Andrés Oppenhaimer, adelanta los nombres de Jorge Montaño Martínez, Juan José Bremer, Pedro Aspe Armella, José Ángel Gurría Treviño y Beatriz Paredes Rangel como posibles sucesores de Patricia Espinosa. Los dos primeros han sido embajadores en Washington y conocen bien las entretelas de la diplomacia internacional; Montaño ocupó el inmueble de la Avenida Pennsylvania  en los tiempos en que se ponía en marcha el tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá, y Bremer lo hizo en los primeros años del gobierno de Vicente Fox hasta que chocó con los voluntarismos del entonces Canciller, Jorge Castañeda Gutman. 

Bremer –quien inició su carrera como secretario Particular de Luis Echeverría-- publicó un libro titulado El fin de la guerra fría y el salvaje mundo nuevo (Taurus, 2007) en el que aporta sus observaciones como diplomático y analiza los desafíos del orden internacional posterior a la Guerra fría. Montaño es colaborador habitual en diarios como El Universal y Reforma, y cuenta también con un libro que recoge su protagonismo al frente de la embajada más importante de México: Misión en Washington, 1993-1995: de la aprobación del TLCAN al préstamo de rescate (Planeta, 2004).

Desconozco las razones por las cuales se incluye a Pedro Aspe como posible Secretario de Relaciones Exteriores, aunque no me extraña si se tiene en cuenta que él fue quien dirigió las negociaciones de la deuda externa de México desde la titularidad de la Secretaría de Hacienda en los tiempos de Carlos Salinas de Gortari. Pese a ser un individuo con gran presencia internacional, pesan sobre él el estigma de haber declarado que la pobreza en México era  un “mito genial” y haber contribuido al estallido de la crisis de 1995.

A Gurría se le conoce de sobra en la Cancillería mexicana, ya que se desempeñó como secretario de Relaciones Exteriores en forma autocrática entre 1994 y 1998; el presidente Zedillo lo designó después Secretario de Hacienda, posición en la cual, a decir del propio Gurría, se sentía mucho más cómodo. Su nombre resurge luego de dirigir la Organización Económica para la Cooperación y el Desarrollo (OECD), aunque no se olvidan los manejos turbios que realizó cuando asignó una pensión en Bancomext a su señora madre, o cuando contrató a su hija como personal de la OECD.

Quien al parecer aspira a convertirse en la tercera mujer al frente de la diplomacia mexicana, después de Rosario Green y Patricia Espinosa, es Beatriz Paredes Rangel; y no sería difícil que lo fuera si Peña Nieto se ve ante la necesidad de cubrir la cuota de género en su gabinete. Sería, por otra parte, un premio de consolación a quien acaba de perder por segunda ocasión la elección a Jefa de Gobierno del DF. Beatriz no es ajena a la práctica diplomática si se tiene en cuenta  que fue embajadora ante el gobierno de Cuba en tiempos de Carlos Salinas.

Sin embargo, si habrá de seguirse la costumbre de que sean mujeres las que encabezan la diplomacia mexicana, ¿por qué no considerar a Rosario Green Macías para una segunda vuelta como Canciller, sobre todo después de presidir la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado? Otras damas de corazón tricolor con estatura para la SRE son Roberta Lajous Vargas y Sandra Fuentes-Berain Villenave. Ambas son miembros del Servicio Exterior Mexicano con amplísima experiencia diplomática; Lajous asumió con éxito la Embajada en Cuba después del incidente aquel del comes-y-te-vas en Monterrey, en 2002, y Fuentes-Berain es embajadora ante Bélgica y representante de México ante la Comisión Europea.  

publicado en politicaspublicas.com.mx

  Cabe, sin embargo, abrir puntos suspensivos para considerar a otros tantos candidatos a la cartera que nos ocupa. El regiomontano Javier Treviño Cantú, coordinó la campaña de Enrique Peña Nieto en Nuevo León, y ha sido ya Subsecretario de Relaciones Exteriores. En una colaboración para el periódico Milenio fechada el 29 de junio pasado, Treviño anota: “Como nunca antes en la historia contemporánea de nuestro país, el éxito o el fracaso del próximo gobierno dependerá en buena medida de lo que haga en materia de política exterior.” Por lo pronto, será Diado federal por representación proporcional.   Dos sempiternos aspirantes a ocupar el piso 22 de la torre de Avenida Juárez son Enrique Berruga Filloy y Arturo Sarukhán Casamitjana. El primero ha sido subrecretario y embajador ante la ONU, en substitución del desaparecido Adolfo Aguilar Zinser, aquel que se negara a sumarse a las condiciones impuestas por Estados Unidos para invadir Iraq en 2003. Berruga tiene a su favor el ser presidente del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI), organismo creado por el ex Canciller Fernando Solana Morales, al que ha reimpulsado después de un prolongado letargo bajo una dirección poco competente.       Si la titularidad de la SRE pasa por el visto bueno de nuestros vecinos, seguramente Sarukhán tendrá buena acogida como Canciller. Con un dominio perfecto del idioma inglés, este hijo de un distinguido ex Rector de la UNAM ha fungido sin mayores complicaciones como Embajador de México ante los Estados Unidos a lo largo de la administración de Felipe Calderón. Quizá el único alboroto que se armó en torno a su persona fue cuando su esposa le abrió las puertas de la residencia oficial en Washington D.C. a la revista Hola! en su edición 181, algo que fue tomado como un acto de suma frivolidad.   Pero hay dos delfines poco mencionados que bien podrían convertirse en los substitutos de Patricia Espinosa Cantellano. Uno de ellos es Emilio Lozoya Austin, quien amén de ser hijo de un colaborador cercano de Carlos Salinas de Gortari, es egresado de la licenciatura en Economía del ITAM y de la Facultad de Derecho de la UNAM con un posgrado en Desarrollo Económico por la Universidad de Harvard. Lozoya fungió como Coordinador de vinculación internacional del PRI durante la campaña presidencial de Peña Nieto, y es coautor junto con Jorge Montaño de un artículo titulado “Una visión de México para el futuro” (Foreign Affairs Latinoamérica, v.12, n.2, 2012) en el que configura ya un programa de política exterior.   Dice Lozoya: “Después de haber gozado de una gran reación en el ámbito global y diplomático durante más de 40 años, la imagen del país es cuestionada en el concierto internacional…    Hoy estamos ciertos de que debemos recuperar el lugar de México como líder de Centroamérica; debemos ser un referente para Latinoamérica y, desde luego, ser parte integral de América del Norte. A la vez, debemos fortalecer lazos más estrechos con Asia. Nuestra ubicación geográfica es privilegiada, además de que contamos con una cultura rica en valores, recursos y tradiciones.”   Si bien, el apellido Lozoya se conoce bien en los corrillos del Servicio Exterior dado que el tío de Emilio, Jorge Alberto Lozoya, es un distinguidísimo embajador, el nombre de Arnulfo Valdivia Machuca es todavía un enigma. Valdivia es un egresado del sistema Tec de Monterrey con doctorado en Política Económica por la Universidad de Cambridge. Durante la campaña, el virtual presidente de México le encomendó la tarea nada sencilla de procurar el voto de los mexicanos en el extranjero, y bien podría ser el Canciller de México si Peña Nieto toma en cuenta su desempeñó como Coordinador de Asuntos Internacionales durante su gobierno en el Estado de México.

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Autor: Maxwel Smart (Visita mi Oficina)