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SIMILARES AL REVES
- Autor : LicVelazquez
- Fecha : Viernes 13 de Enero de 2012 17:04
- Tipo de Usuario :
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SIMILARES AL REVÉS
Por el Lic. Jesús Alberto Velázquez
Enero 13, 2012.
Con esos vocablos se expresa un diado y analista chihuahuense acerca de las políticas económicas de las administraciones federales de México, impuestas desde Washington en tiempos del PRI y adoptadas similarmente por los últimos gobernantes en tiempos del PAN, pero muchísimo más caras.
Esto viene a colación a propósito del último informe publicado por el Banco Mundial el día de ayer que evidencia que México es el único país de la región latinoamericana donde, durante el último quinquenio, ¡sopas! el período exactamente transcurrido por la administración de Calderón, el ingreso por habitante no creció y aún más, se redujo en un 1.3 %. El precitado documento también establece que, en el mismo período, de los 16 países latinoamericanos, hubo cinco (Panamá, Uruguay, Perú, Argentina y la República Dominicana) en que el ingreso por habitante se incremento en más de un 20%.
Nos refiere el mismo documento que México sigue teniendo uno de los ingresos por cabeza más altos de América Latina con 12 mil 498 dólares, pero hace cinco años el país era capaz de generar y producir 160 dólares más por cada uno de sus habitantes. En términos lisos y llanos, si proyectamos 160 dólares por 115 millones de mexicanos (aunque sabemos que desde hace tiempo superamos esa cifra) por cinco años, resulta que durante los últimos cinco años de la rectoría económica del gobierno federal panista, el país perdió 92,000 millones de dólares, como lo lee, noventa y dos mil millones de dólares, es decir 92 billones de dólares, conforme al sistema de contabilidad numérica británico-estadounidense donde cada mil millones equivale a un billón. El dato duro es una disminución de 18.5 billones de dólares por cada año de “gestión” del Presidente de la economía y del empleo.
Conviene aclarar que el indicador de ingresos por habitante, se refiere a los recursos que obtiene el país por el conjunto de sus actividades económico-productivas, también llamado PIB – Producto Interno Bruto - dividido entre su población y que de ninguna manera significa que a cada habitante mexicano ingrese a su bolsillo el monto señalado. Mención aparte, debo señalar que “brincos diera” el agobiado pueblo mexicano de tener un ingreso real per cápita de esa magnitud.
No he visto publicado en ningún informe del Banco Central mexicano estos datos “duros” porque en el fondo, el gobierno saben y apuesta a que, la ciudadanía en general poco o nada conoce o es capaz de interpretar y obtener conclusiones objetivas sobre los mediocres resultados del modelo económico neoliberal.
Para apacentar el núcleo ciudadano profesional e informado, las explicaciones son diversas y cantinflescas. Se nos dice por el PAN y sus gobernantes que para México no había de otra y que gracias a la férrea conducción de las políticas económicas no tenemos los problemas que padecen los países del sur de Europa, como Grecia o Italia que han arrastrado a la eurozona en general a disminuir sus niveles de bienestar. Sin embargo, se nos oculta que esos países que han visto disminuido su ingreso per cápita crecieron enormidades antes de sus turbulencias y que aún después de los necesarios ajustes sus niveles de ingreso serán muy superiores a los de la nación mexicana. Ejemplos de que “las crisis de fuera” no son los causantes del empobrecimiento de nuestra capacidad productiva, se tienen en las economías de otros países latinoamericanos, donde curiosamente las políticas económicas del neo-liberalismo puro y global fueron matizadas con políticas públicas de interés nacional y social donde sus administradores procuraron, como todo buen administrador, que las diferentes variables macroeconómicas fueran el reflejo de resultados microeconómicos de sus áreas productivas estimuladas e incentivadas por medidas de interés general, como salarios mínimos realmente garantes de un poder adquisitivo de subsistencia y de desarrollo personal y familiar.
El ejemplo del Brasil de Lula – cita el diado Víctor Quintana – es impresionante y casi el contrapunto de lo que sucedió en México en los años de los gobiernos panistas. Lula le apostó, en el marco de un sistema popular y nacional socialista a aumentar los salarios reales, a que los pobres tuvieran más dinero en sus bolsillos, más comida en su mesa, más ganas de trabajar, y más ganas de desarrollo. Le apostó al principio incuestionable de que no hay mejor mercado que el propio y a que, teniendo la inmensa mayoría de los brasileños mejores ingresos tendrían mayor poder de compra y de estímulo a la economía nacional. En cinco años el salario creció en ese país un 62% en términos reales y…no se disparó la inflación. El que los pobres mejoraran su ingreso benefició a todos, incluyendo a los ricos, a la industria, a los servicios, a la hacienda pública, hasta el punto que hoy día Brasil se da el lujo de prestarle dinero hasta al Banco Mundial.
El indicador de ingreso por habitante - PIB/población – constituye solo una referencia analítica del comportamiento de la productividad general de un país y es de suyo, un indicador nada fiel y veraz en la medida en que el factor población no se depure y limite a la económicamente activa. No obstante, si consideramos que la población económicamente activa, 14 años de edad en adelante, apenas alcanza el 60% de la general, tenemos que de ciento quince millones de mexicanos, solamente setenta millones soportan la productividad nacional. Por esta razón conviene tener presente que el ingreso nacional por habitante económicamente activo no es de $12,500 dólares sino de $17,500 dólares.
Ahora bien, si cada mexicano en edad productiva contribuye a generar riqueza nacional por aproximadamente $17,500 dólares al año, es decir, $48 dólares diarios, equivalente a $672 pesos, y le retribuimos un salario mínimo general promedio de $60 pesos se obtienen conclusiones muy interesantes:
1. El salario mínimo en México representa una retribución de apenas el 0.9 %, ni siquiera el uno por ciento de la riqueza que se produce diariamente para el desarrollo nacional;
2. Si se admite, como se declara pomposamente por las autoridades que el promedio de ingreso de un trabajador mexicano es de 2.5 salarios mínimos, resulta entonces que bajo el mismo parámetro, la jornada laboral se ve retribuida en apenas 2.25% de la riqueza nacional que genera.
¿En donde está el 97.75% restante?
Me contestarán que en la seguridad social, en la infraestructura, en la administración, en la guerra, en la democracia y en la estela de luz. ¿Es justo para quienes somos los dueños y accionistas naturales y originarios de la nación conformarnos con tan exigua participación? ¿No nos preocupa tener esta clase de administradores que parten, reparten y se quedan con la mayor parte?
Si nuestro país fuera una empresa, les aseguro que tan pingües rendimientos sociales, provocaría la inmediata reacción de la Asamblea General de Socios y un fulminante despido de todo el Consejo de Administración empezando por su Presidente.
Bien pues, datos como los anteriores nos dan estelas de luz verdadera y nos cuestan muchísimo menos.
Nos están convocando a una nueva Asamblea General de Mexicanos electores este 2012. Los informes del Consejo están a la vista. Sacudámonos la corrupción, la negligencia, la impericia y los graves daños y perjuicios que nos ha costado.
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