Por: Lic. Gabriel Chisco Zaragoza Por considerar de gran importancia, a continuación les presento una reseña de la ponencia: "La Cuarta Revolución Industrial" presentada en el Foro Económico Mundial, por Juan Carlos Castilla-Rubio, fundador y presidente de Space Time Ventures y miembro del Foro Mundial Futuro del Consejo Mundial sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales. Seguridad. El estrés en los sistemas naturales de la tierra causado por la actividad humana ha empeorado considerablemente en los 25 años transcurridos desde la Cumbre de la Tierra de Río de 1992 en Brasil. Como resultado de la "gran aceleración" en la actividad económica humana desde mediados del siglo XX, la investigación de muchos científicos del sistema terrestre sugiere que la vida en la tierra podría estar entrando en un período de cambios en los sistemas ambientales sin precedentes. Por ejemplo: - La tierra está perdiendo su biodiversidad a tasas de extinción masivas. Una de cada cinco especies en la tierra ahora se enfrenta a la extinción y los científicos estiman que esta incidencia aumentará al 50% para fines de siglo, a menos que se tomen medidas urgentes. Se perdió un récord de 29,7 millones de hectáreas de cobertura arbórea en 2016. sobre el tamaño de Nueva Zelanda. Es preocupante que esta pérdida sea aproximadamente un 51% más alta que en 2015. - Los niveles actuales de gases de efecto invernadero no se han visto durante al menos 3 millones de años, y es probable que los niveles de dióxido de carbono permanezcan por encima de 400 partes por millón. Se registraron temperaturas récord en 2014, 2015 y 2016, y el año 2017 también batió récords. - Los expertos en seguridad hídrica del Instituto Internacional de Gestión del Agua (IWMI) temen que, en la próxima década, hasta el 30% de los alimentos la producción puede estar en riesgo debido al estrés hídrico inducido por el clima. El IWMI también estima que más del 70% de los ríos en el mundo están tan abstraídos que apenas llegan al mar. - La contaminación generalizada por nitrógeno y fosfatos a causa de los fertilizantes de baja aplicación ha llegado a los mares en las últimas décadas, afectando las poblaciones de peces y crear, entre otros efectos, "zonas muertas" muertas de oxígeno en más de 400 lugares en todo el mundo. Estos son impactos de gran alcance y graves en los sistemas terrestres de la tierra como resultado de la actividad humana. Los científicos están preocupados de que puedan incluso interconectarse para activar "lazos de retroalimentación negativa" en cascada. Estos podrían cambiar el sistema de la Tierra a un estado completamente nuevo, caracterizado por un período de desequilibrio ambiental, algo alejado de las condiciones de "Ricitos de Oro" (no demasiado calientes ni demasiado fríos) que el período Holoceno ha proporcionado para que la actividad humana florezca sobre el últimos 10,000 años. Sin embargo, al mismo tiempo que esta gran aceleración en la actividad humana ha ejercido una presión sin precedentes en nuestros sistemas terrestres, también ha tenido lugar una transformación increíble en nuestras capacidades científicas y tecnológicas. Ahora es posible comprender y modelar sistemas complejos a una velocidad y escala sin precedentes. Solo uno de los dispositivos de tableta estándar de hoy en día posee el poder de procesamiento equivalente de más de 5.000 comadoras de escritorio desde mediados de la década de 1980, el punto más alto del programa NASA Space Shuttle. Almacenar 1GB de datos en 1997 habría costado más de $ 10,000 al año; hoy cuesta aproximadamente $ 0.03. En 2003, el primer genoma humano fue secuenciado. Tomó más de una década y costó $ 2.7 mil millones. Hoy, un genoma puede secuenciarse en unas pocas horas y por menos de 1,000 dólares. La primera aplicación apareció en 2008 cuando el fundador de Apple, Steve Jobs, permitió a desarrolladores externos crear aplicaciones para el iPhone. Hoy, solo una década más tarde, la economía de la aplicación vale $ 1.3 trillones, 7 más que los ingresos totales para el mercado farmacéutico global. WhatsApp, que fue creado en 2009, envía 55 mil millones de mensajes por día. Las noticias sobre todo, desde chismes de celebridades hasta la última extinción de especies, ahora viajan rápido. El Foro Económico Mundial que actualmente se desarrolla en Davos, ha denominado este período de innovación acelerada en ciencia y tecnología -el cambio transformador en capacidades de datos y tecnología combinado con una fusión de reinos digitales, físicos y biológicos- y sus consecuencias en la sociedad como la Cuarta Revolución Industrial. No solo está transformando las redes sociales, la investigación científica y las industrias enteras, también está transformando radicalmente las innovaciones de la ciencia biológica y material. Además de su efecto transformador en la industria y la sociedad, la Cuarta Revolución Industrial también está transformando la oportunidad para que científicos, investigadores y la comunidad de desarrollo sostenible aborden cuestiones ambientales, como la biodiversidad y la pérdida de hábitats. Esto incluye explorar cómo aprovechar la Cuarta Revolución Industrial como una fuerza positiva para gestionar y conservar mejor la vida en la tierra, al tiempo que se mitigan los riesgos que sus desarrollos en la ciencia y la tecnología podrían crear. Aprovechar estas oportunidades y gestionar de forma proactiva los riesgos que se manifiestan por la rápida evolución de las nuevas ciencias y tecnologías requerirá inevitablemente más creatividad y agilidad en los marcos de gobernanza y los mecanismos de financiación actuales. Sin embargo, administrar esta nueva agenda con éxito no sucederá automáticamente. Se requerirán procesos proactivos y de colaboración en los que participen formuladores de políticas, reguladores, científicos, sociedad civil, pueblos indígenas, empresarios, empresas e inversores, entre otros, que trabajen juntos en nuevos modelos de cooperación y codiseño. Sin embargo, si se hace bien, podría generar una revolución en la agenda "vida en tierra" que, por primera vez en la historia humana, permitiría a la sociedad darse cuenta del valor total de la naturaleza y catalizaría una nueva e incluyente bioeconomía como resultado. Espero que haya sido de su interés. Saludos

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Autor: GABRIEL CHISCO (Visita mi Oficina)