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LA LUCHA DEL BIEN Y EL MAL, HOY O NUNCA
- Autor : felixfrancisco
- Fecha : Miércoles 17 de Enero de 2018 18:49
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El PRI gobierno se ha convertido en el peor enemigo del pueblo de México, una auténtica pesadilla que ha hecho todo lo posible por sumirnos en la zozobra, miseria y violencia desde los tres poderes de la unión. Pero, ¿cómo fue que llegamos a este grado de decadencia económica, social y moral? Recordemos que hasta los años setentas del siglo pasado los presidentes del partido revolucionario institucional si bien robaban “poquito” también elaboraban leyes en beneficio del pueblo. Pero llegó el fraude del 88 y todo comenzó a desdibujarse. Los poderosos hombres de negocios al ver peligrar sus intereses económicos con las ideas socialistas de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y apoyados por el Partido Acción Nacional encabezados por Diego Fernández de tristes recuerdos entronizaron a Carlos Salinas de Gortari en la presidencia de la República y el PRI se convirtió en una agencia de colocaciones de todo lo que olía a negocio. Carlos Salinas en su afán por legitimarse en el poder y el PRI ya con mayoría en el congreso comenzó a elaborar leyes en perjuicio del pueblo y en beneficio de los poderosos hombres del dinero nacionales y extranjeros. El Ejecutivo Federal, de manera deliberada dejó de invertir y apoyar a las empresas estatales hasta dejarlas inservibles e improductivas para declarar su quiebra y proceder su remate a precio de ganga a sus patrones las empresas trasnacionales teniendo una participación en la sociedad, así nos enteramos que políticos priístas se volvían empresarios de la noche a la mañana. El desmantelamiento y privatización de los bienes nacionales siguió durante los siguientes sexenios, hasta este 2012 -2018 con Peña Nieto que terminó por rematar lo último que quedaba de PEMEX con su reforma energética. El Estado dejó de ser rector de la economía nacional para convertirse en un mero administrador de los negocios de los corruptos empresarios capitalistas olvidando los intereses del pueblo. Los particulares se volvieron indefensos ante la cascada de leyes que lo sumían cada vez más en la incertidumbre y la miseria. El Estado promulgó leyes favorables a los capitalistas y en detrimento de los gobernados. Parecía que todo estaba perdido y el pueblo sometido a los amos del poder del dinero. El Congreso secuestrado por mayoría priísta y panista, el poder Judicial en la misma situación y qué decir del Poder Ejecutivo dirigido por un títere manejado por los hombres de negocios. Lo mismo sucede a nivel estatal. La miseria, violencia y desolación por doquiera se puede ver. Pero, aunado a ello, el narcotráfico se incrustó en las esferas de poder decidiendo y participando en la vida pública, prueba de ello son los nexos que se descubrieron cuando fue detenido el fiscal procurador de justicia del estado de Nayarit de extracción priísta Edgar Veytia en 2017 por las autoridades norteamericanas, declarando ser parte del crimen organizado, nótese quién realizó la investigación y el arresto. Y ya sabemos qué se entiende por justicia para estos criminales en violación de toda disposición legal, amenazas, ajustes de cuentas, secuestros, desmembramientos, colgados, en Veracruz, Edomex y otros estados gobernados por el PRI. El mal se apoderó del territorio nacional donde todo absurdo parece lo más normal como en una dictadura perfecta pero disfrazada. Pero, justamente el 19 de septiembre de 2017 la naturaleza vino a cimbrar el corazón y la conciencia de todos los mexicanos despertándonos del estado de coma en que nos encontrábamos igual que en 1985. Y México despertó montándose en la locomotora llamada MORENA para encumbrarnos al final de esta pesadilla llamada PRI que ni un fraude podrá detener su arribo a la presidencia de la República. Pero algunos se preguntan si esta transición será pacífica o violenta como en la revolución de 1910. Al respecto podemos mencionar el artículo 39 Constitucional y afirmar que solo nos quedan dos caminos en nuestro futuro: cambio sí o cambio no. Escoger entre el bien que representa el progreso y desarrollo individual y colectivo o el mal de la continuidad de un gobierno priista corrupto y antidemocrático que nos impide progresar, a esto se ha reducido nuestro destino como nación.
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