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SER CATALIZADOR DE CAMBIO
- Autor : Arthuro
- Fecha : Viernes 08 de Abril de 2011 15:01
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Con 4,913 pesos se pueden comprar 61 bolsas de 20 pañales, 409 litros de leche, 243 botellas de agua oxigenada o destinarse como sueldo diario a un diado federal.
En el país el grueso de la población no sólo desconoce el quórum necesario en las respectivas cámaras que integran el Congreso de la Unión para su funcionamiento, sino que ignora desde el número preciso de integrantes de las mismas. Y peor aún, desconocemos el nombre de aquellos que pasaron meses en campaña y hoy conforman nuestro sistema legislativo. Esto quiere decir que en el proceso de elección de los 500 diados, si desconocemos el nombre de alguno de los 300 electos por mayoría relativa, mucho menos podríamos estar conscientes siquiera de la existencia de aquellos 200 que son electos por representación proporcional; pero ¿qué es peor? Que no conozcamos ni el nombre ni la conformación de las cámaras o que la mayoría de sus integrantes desconozca que la constitución tiene 136 artículos. En lo personal no considero que alguna hipótesis pueda ser peor. No se puede elegir entre situaciones tan aberrantes, más cuando quizá tienen la misma piedra angular que es la indiferencia, hemos caído en la falaz idea de delegar la culpa a las autoridades conformándonos con esperar de ellas.
Citando al político mexicano Castillo Peraza “Creo yo que en la crisis del humanismo contemporáneo está este abandono, en nombre de la libertad, de la responsabilidad. Cuando todo lo que hacemos se lo podemos imar a algo que es externo a nosotros, es que somos irresponsables de cuanto hagamos”.
Caímos en la necesidad de que se nos indique qué hacer, pareciéramos necesitar de medidas como las que existen en ciertos países donde ante el abstencionismo electoral se condicionan trámites burocráticos como las licencias de manejo forzando a la participación activa como sociedad. Sin embargo, esto no tiene porque ser así, no nos podemos quejar de los gobernantes si no participamos en la elección de los mismos, así como tampoco es viable que nos conformemos con el primer paso, es inherente al voto el darle seguimiento exigiendo de nuestras autoridades el pleno uso de su poder para el bienestar común.
Permitimos que se nos endulce el oído cada que en un informe a nivel local o federal se llena la boca el gobernante con los engrandecidos progresos, sin ver de fondo las necesidades a largo plazo, para efectos políticos, un distribuidor vial embellece más la administración que subsidios escolares, que educación de calidad, que un proyecto de becas. A pesar, de que la educación es el único medio para llegar a un verdadero avance.
Son necesarios en el país una serie de cambios. Esos trillados cambios de los que oímos una y otra vez, pero que no podemos dejar de pedir, de crear. No se puede ceder frente ésta apatía que nos consume. ¿Cómo es posible no inmutarnos ante la pantalla ilusoria del comercial estratégicamente proyectado durante los anuncios de la novela de las 9? Toda una parafernalia preparada, para hacer resaltar la figura política, tan cercana a nosotros en el comercial y tan lejana en la vida real.
Esto es atendiendo a necesidades del país, sí, pero es algo que vemos emergiendo en prácticamente todo el mundo, aunque no hay que dejarnos llevar por un equívoco actuar, el cambio tiene que ser real, posible, sustentable y pacífico. Vemos países como Túnez, Egipto y Libia donde de manera visceral se dio una movilización social en regiones que hace poco eran consideradas inmunes a cualquier impulso democrático. Sobre este delicado tema se puede aunar mucho, tomemos únicamente por el momento, la evidente necesidad de transformación.
Pugnemos por cambios que permitan la profundización de libertades civiles en relación al desarrollo, proponiendo los programas gubernamentales como eso, gubernamentales, no partidistas. Atendamos a necesidades reales, no espejismos de igualdad social que sólo decoran la problemática de fondo. Busquemos la correcta estructura administrativa, así como la regulación y observancia de la correlación entre los órganos ejecutivo y judicial. Que el fuero no sea un amparo para la impunidad.
Exijamos eficacia en las políticas públicas. La sociedad debe buscar la alternancia democrática participando activamente, ser factor de cambio. No permitamos que la guerra sucia entre asociaciones partidistas empañe el proceso electoral. Sobre todo, tenemos que crear nuestra visión individual de lo que se necesita, de lo que se busca.
Más que atender a juicios preestablecidos, formemos los nuestros. Situación que solamente se dará mediante el primer y más importante cambio, que consta en la creación de una postura ciudadana verdadera, íntegra, moral. Que mediante la participación, el interés y la exigencia, genere los cambios necesarios. Es una postura atemorizante quizá, es muy difícil ser catalizador de cambio, ser la iniciativa, pero venzamos el miedo al fracaso, puesesta postura de riesgos, también lo es de esperanza.
Creemos un estado digno, un México de paz, superación y bienestar. Seamos capaces de permearnos de todo lo que nos lleva a ser grandes individuos, a ser una gran sociedad. Iniciemos a cambiar el mundo. Yo, empecé con un ensayo.
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