El  acoso escolar o "bulling"   que ejercen los estudiantes "más fuertes", populares o simplemente abusivos; sobre los más débiles, siempre ha existido, pero en los últimos tiempos se ha agudizado y generalizado a casi todos los ámbitos escolares, incluyendo primarias y hasta  los primeros niveles Universitarios, pero es en secundaria y preparatoria dónde el fenómeno es más recurrente.   La procuraduría  General de Justicia del D.F. y la SEP han decidido unirse y crear agencias especializadas para atender este fenómeno, que se ha convertido en un verdadero problema, que  deriva en delitos menores, suicidio del acosado,  y en una cada vez mayor  diserción escolar.

     En lo personal, como docente de nivel medio superior, considero que si bien las Agencias Especializadas serán de gran utilidad para dar orientación psicológica  para los implicados; éstas no resolveran ni disminuirán el problema; un problema que desde mi punto de vista surge desde el medio ambiente familiar y social de los afectados: acosados y acosadores.  Así al niño que no se le inculca el respeto por las personas con defectos físicos, con menores ingresos o alguna otra caracterísitca notable, por fuerza de medio ambiente, usará éstas circunstancias como un arma para los que considera más débiles.  Igualmente, el que se convierte en un sujeto acosado, si deviene de un medio ambiente en dónde las anteriores características se les excedde en importancia y al percatarse de que entra dentro de éstas circunstancias,  lo convertirán en un blanco fácil de acoso.

    La experiencia en el trato con jóvenes me ha llevado a la conclusión de que  los valores (respeto, tolerancia etc) con los que se sustenta una familia, son los valores que los chicos reflejarán en su trato diario, dentro de cualquier ámbito y creo que corresponde a los padres , maestros y todas aquellas personas que tenemos injerencia de una u otra manera en la formación de niños y jóvenes inculcar el respeto a cualesquiera tipo de persona, para poder atacar un problema, que siempre ha existido, pero que se ha convertido en un FENOMENO social.

     He pasado recientemente por la amarga experiencia de una joven de 16 años, quien se negó a que el joven más guapo, agradable y popular de la escuela a la que ambos asistían le tocara la pierna; y éste, herido en su vanidad y valíendose de su popularidad, se encargó de hacerle un cerco a la joven, que incluía desde esconderle sus útiles escolares, agresiones verbales por demás ofensivas, hasta carrereala en el estacionamiento del plantel.  Situación que culminó    con  la dicersión de la chica y la pérdida de su beca.

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Autor: M.magda.c.s. (Visita mi Oficina)