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CARTA ABIERTA A LOS DIPUTADOS DEL ESTADO DE MORELOS
- Autor : CUPR
- Fecha : Lunes 27 de Diciembre de 2010 22:02
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DIPUTADOS DE LA QUINCUAGESIMA PRIMERA LEGISLATURA DEL CONGRESO DEL ESTADO DE MORELOS.
PRESENTES.
Cuernavaca Morelos a 12 de Diciembre de 2010.
La dinámica social,la pluralidad política que integran las cámaras legislativas y la necesidad de consolidar nuestra democracia en un mundo globalizado, exige cuentas claras a los servidores públicos y actores políticos, transparencia en todos sus actos y decisiones. El pasado proceso electoral dejo de manifiesto la potencialidad de la sociedad en las urnas, para reprimir y censurar a los malos gobiernos dando paso a la alternancia en el poder, en tal virtud, hoy la mirada de la sociedad esta puesta en sus instituciones, de las que espera cambios notorios en su operatividad como resultado de su participación electoral. Por tal motivo, el compromiso de los poderes públicos se acrecienta y en respuesta cada uno de ellos debe imprimir a su actividad eficacia, eficiencia, economía y transparencia, tal como lo mandata el texto constitucional; respondiendo a cabalidad a las necesidades y demandas de la sociedad, solo de esta forma se podrá garantizar el desarrollo del Estado y una democracia plena.
El proceso seguido en la búsqueda de nuestra democracia, ha sido largo y costoso, y presenta varias aristas, las cuales necesariamente tendrán que coincidir y coordinarse para consolidarla. La Fiscalización de los Recursos Públicos y La Rendición de Cuentas es una de ellas, en este sentido, Señores Diados, con el cese del Auditor Superior de Fiscalización, se ha dado un paso muy importante en la consecución de este clamor social, con esta plausible decisión se da fin a 7 años de simulación, improvisación e impunidad en las delicadas tareas de fiscalización de recursos públicos, constituyendo un referente histórico, marcando el inicio de nuevos y promisorios tiempos, al amparo de transparentes métodos de trabajo, ratificando y dignificando el compromiso social, que ustedes tienen bajo la honrosa investidura de Diados, lo que coadyuvara a la recuperación de la credibilidad de la sociedad en sus instituciones.
En este contexto y reconociendo plenamente la plusvalía de esta decisión, me dirijo respetuosamente a los C.C. Diados integrantes de la LI Legislatura del Congreso del Estado de Morelos, con el objeto de presentarles modestamente, algunas reflexiones que considero importantes y que ojala sean un factor coadyuvante, en las decisiones que ha bien tengan tomar, respecto al destino y reestructuración del Organo Fiscalizador.
Desde la creación de este Organo Fiscalizador, hubo un alto sentido de improvisación e influyentismo en su Estructuración Orgánica, Marco Jurídico de actuación, así como en su Operatividad, lo que permanentemente ha dejado vulnerable la fiscalización de los Recursos Públicos. Por tal motivo, no entiendo ni comparto las decisiones que se adoptan derivado de los resultados de las Auditorias que se aplicaron a las diversas Entidades públicas.
Durante todos estos años la Auditoria Superior de Fiscalización, ha venido operando al margen de las exigencias técnicas y jurídicas que le imponen las normas de auditoría y las disciplinas procesales establecidas para tal efecto; se han substanciado procedimientos plagados de vicios de forma o procedimiento y de fondo, que han dejado impune presuntos desvíos y malversación de recursos públicos, privilegiando carreras políticas en detrimento de bienes y servicios que legítimamente le corresponden a la sociedad, en tanto, cuando así ha convenido a los intereses mezquinos de algunos actores políticos, este órgano fiscalizador se ha convertido en una instancia de persecución política, sin soslayar la improductividad, improvisación y deficiencias que lo han caracterizado desde su creación, pues su estructura de organización en una importante proporción se integra por personas que han tenido la suerte de ser amigos, familiares o conocidos de aquellos que tiene el privilegio y la facultad de nombrar y designar los niveles directivos más importantes de este órgano fiscalizador, precisamente estas graves irregularidades son las que tiene postrada a la Auditoria Superior de Fiscalización, impidiéndole que cumpla con las atribuciones conferidas en Ley.
En aras de la objetividad de este documento, no debo omitir que el desempeño del Organo fiscalizador ha dejado de lado el carácter preventivo que distingue a un proceso formal de auditoría, prescindiendo de la instrumentación de Sistemas de Control Interno orientados a evitar la comisión de errores e irregularidades e inducir alternativas de mejora en la operatividad de las Entidades, Dependencias, Secretarias, Organismos descentralizados, Organos desconcentrados, Fideicomisos y en su caso en las Empresas de Participación Estatal que integran la Administración Pública; por el contrario sus estrategias de fiscalización se han desarrollado de manera correctiva, es decir, se actúa después de cometido el ilícito y solo se observan actos consumados; dando paso a la persecución sensacionalista de servidores públicos, casos que en su mayoría han quedado impunes. Bajo este contexto, es menester señalar que no es del interés de la sociedad morelense saber que los centros penitenciarios están saturados de servidores públicos corruptos, lo que les interesa y les beneficia es tener la certeza de que los recursos públicos han sido íntegramente aplicados en obras, programas y acciones de impacto social, como resultado de una estratégica y eficaz fiscalización; lo cual es tarea fundamental y anhelo de un Estado que se precie de ser funcional.
Es necesario referir que la elección del Ex titular del órgano fiscalizador se dio al amparo de negociaciones y acuerdos políticos en la pasada legislatura y no mediante convocatoria abierta, que indujera a un proceso transparente de reclutamiento y selección del mismo. Estas formas ya no tiene cabida en la modernidad, sobre todo si aspiramos a una democracia plena y al desarrollo de nuestro estado, ya no es viable políticamente seguir disponiendo de la estructura de organización de un órgano fiscalizador, que tiene atribuidas funciones serias y trascendentes como son la fiscalización de los recursos públicos, esto influye la conducta y merma el ánimo de los contribuyentes, fomentando la cultura de la elusión y evasión fiscal; pues ante estas circunstancias la sociedad no ve claro el destino de sus impuestos. Es exigible asumir una nueva ética pública, si es que queremos recuperar la credibilidad social en las instituciones, basta ya de simulaciones, el Bicentenario del nacimiento de nuestra nación y el Centenario del inicio del movimiento armado de la Revolución Mexicana, son el marco perfecto para una verdadera Reforma del Estado, la cual se tiene que inducir desde las instituciones del Estado para garantizar su supervivencia y funcionalidad. Debemos transparentar y propiciar la participación de la sociedad organizada en la elección de este tipo de funcionarios, cualquier otro método de selección del nuevo auditor, la sociedad lo cuestionara, la alternancia en el poder rompió el modelo de esa vieja cultura política, no recurramos mas a esas prácticas insanas, menos en la designación de funcionarios de alto nivel jerárquico y con funciones de impacto social, los tiempos actuales exigen la instrumentación y aplicación de reglas de un juego limpio. La Auditoria superior de fiscalización, ya no puede seguir siendo una agencia de colocación de empleos, para familiares y amigos de quienes tienen la facultada de decidir y nombrar.
Es una realidad insoslayable, que el órgano fiscalizador no ha cumplido con la misión que pregona; menos aun con la visión a que aspira, se requiere con urgencia un Auditor Superior neutral, sin compromisos personales, imparcial, con independencia mental y esto solo será posible con voluntad política y con la activa participación social, no podemos seguir resistiéndonos a la legalidad tan solo por indiferencia o temor, las consecuencias están a la vista, somos un Estado estancado económicamente, sin inversión pública ni privada suficiente, con altos índices de inseguridad y desempleo, con una reación cuestionada a nivel nacional e internacional, estamos viviendo momentos de crisis económica, política y social, se están registrando en nuestro Estado hechos insólitos e insospechados y no me extrañaría que las reacciones se tornaran cada vez más violentas.
Es por ello que presento a ustedes mi visión y mi propuesta, lejos de oponerme esterilmente a las condiciones actuales, bajo las cuales se fiscaliza. Bajo este escenario preferí reconocer la realidad antes de recurrir a la cómoda posición de quedarme cruzado de brazos y permanecer callado, sobre todo cuando está de por medio y en riesgo el progreso y desarrollo de mi Estado, este es el motivo principal que me mueve, porque ya no es viable continuar indiferente por temor a represalias, los tiempos son de alta exigencia y nuestro Estado merece un mejor destino.
Por lo antes expuesto hago una respetuosa solicitud a las diadas y diados que integran la LI Legislatura, para que se lleve a cabo un proceso de selección del Nuevo Titular del Organo de Fiscalización, satisfaciendo el inalienable requisito de un adecuado perfil profesional, que garantice el ejercicio de su función en un marco de entrenamiento técnico, capacidad profesional, cuidado y diligencia profesional, pero sobre todo de independencia mental, en el cual participe la Sociedad organizada, a través de la integración de un Consejo Técnico Consultivo responsable de normar, integrar, supervisar, coordinar y dirigir este órgano, desde la instrumentación de la propia convocatoria y sus bases; para la selección colegiada del Titular de la Auditoria Superior de Fiscalización, involucrando a los Presidentes de los Partidos Políticos de nuestro Estado, a los Directores de las Facultades de Contaduría y Administración, de Ingeniería y Derecho de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos y de las Diferentes Universidades Privadas y por supuesto a sus respectivos Rectores, a los Presidentes de los Colegio de Contadores, Ingenieros y Arquitectos a la Barra de Abogados del Estado de Morelos, a los Directores Generales de los Medios de Comunicación Impresos y Electrónicos y a Miembros Distinguidos de la Sociedad Morelense, para que participen como miembros del Consejo en este importante proceso de selección.
Hoy el Congreso del Estado y los integrantes de la LI Legislatura, tiene en sus manos la oportunidad de sentar un precedente histórico, ¡inducir la participación colegiada de la Sociedad organizada! en la designación del Titular del Organo Fiscalizador, en un ambiente político ordenado y transparente, tenemos todos que aceptar que ya no es tiempo de imponer, sino de consensar para darle vigencia a la política, anteponiendo los intereses de la sociedad en su conjunto, ¿Quien mejor que un auditor elegido por la sociedad para fiscalizar sus propios recursos? y ¿Quien mejor que funcionarios propuestos y evaluados por la sociedad para regular los procesos inminentemente sociales?, esto permitirá dignificar la política, recobrar la credibilidad social en sus instituciones, desafiando a los nuevos tiempos con honestidad e incursionar en la cultura de la confianza, porque en la política sin confianza nada es viable.
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Aceptémoslo, tenemos frente a nosotros, un grave problema de corrupción y este fenómeno es una falla del Sistema político en su conjunto, que expresa los rezagos que es necesario superar para impulsar el desarrollo Político, Económico, Social, Laboral, Fiscal, Judicial y Administrativo del Estado; Con la corrupción a cuestas una sociedad no puede aspirar al logro de una democracia plena y esta imposibilitada para aspirar a las grandes empresas colectivas que la modernidad exige. La corrupción pesa sobre todos los integrantes de la sociedad, principalmente sobre los grupos más desprotegidos, la corrupción no es el destino inexorable de ningún Estado, menos del nuestro. No existe condición fatal que asocie nuestro destino con la corrupción; lo que prevalece son fallas institucionales, falta de voluntad política, fallas de ingeniería institucional, de normatividad, carencias técnicas y desconocimiento de quienes en ocasiones tienen delegada la tarea de asignar y designar funcionarios públicos titulares del órgano Fiscalizador.
El presente documento lo he elaborado, al amparo de la libertad de expresión que enarbola nuestra Carta Magna, así como de otras garantías individuales que el texto Constitucional me otorga, no sin antes hacer una profunda reflexión y superar un gran dilema personal, evaluando pros y contras, sobre todo para garantizar una aportación profesional sustentada a las tareas de fiscalización de recursos públicos, en aras de un alto beneficio e impacto social en nuestro Estado y no como un desafío a la autoridad ni como una oportunidad de herir susceptibilidades, lo que suele ocurrir con frecuencia.
El contenido de este documento, lo escribo de manera serena y sin apasionamientos que pudieran poner en riesgo su objetividad, lo hago a titulo de Ciudadano Morelense y apoyado en mi trayectoria y experiencia Profesional en la Administración Pública y Docente; lo hago desde la inmejorable y honrosa posición que me brinda el haber ocupado diversos cargos Directivos, siempre vinculados a Auditoria y Fiscalización de Recursos Públicos a nivel Federal, Estatal y Municipal, en los Poderes Ejecutivo y Legislativo; aunado a 16 publicaciones bibliográficas de mi autoría, que en materia de Contabilidad, Presupuestos, Finanzas, Control Interno y Auditoría se han difundido a nivel Universitario dentro y fuera de nuestro Estado, Lo hago con un alto sentido crítico, pero profesional y ético, porque tengo una visión totalmente diferente a los criterios y procedimiento de fiscalización de Recursos Públicos, que han imperado en los últimos años y mi percepción de ellos está cada vez mas fuera de toda lógica procedimental y de obtención de resultados.
En el contexto de estas respetuosas reflexiones, me repito a sus órdenes, reiterando que el motivo de este documento es coadyuvar al desarrollo del Estado de Morelos, mediante la profesionalización del Organo Fiscalizador, Morelos tiene que avanzar por la ruta del desarrollo y progreso, pero antes tenemos que limpiar la mala imagen de nuestro Estado que entre todos hemos construido, algunos por acción, otros por omisión y otros tantos por indiferencia; finalmente las malas decisiones no le afectan únicamente a quien tuvo a bien tomarla, sino nos afecta y nos derrota a todos, aun a los que guardan silencio.
Con este documento y mis respetuosas sugerencias y criticas, asumo sin vanas discusiones la parte proporcional de responsabilidad que como morelense me corresponde, en el progresivo deterioro de la imagen de la que hoy gozamos, por si alguna vez guarde silencio, ya sea por apatía, indiferencia, amenazas, temores o simplemente por garantizar mi seguridad personal y la de mi familia y no aportar lo que la experiencia profesional me ha dejado, en esta contexto dejo en sus manos estas reflexiones, las cuales reconozco que es difícil expresar, principalmente por los riesgos inherentes a las interpretaciones sesgadas o superficiales que pudieran dar paso a percepciones erróneas y diferentes al objeto del presente documento, estoy convencido que la lealtad no está en la coincidencia, sino en la honestidad y yo si quiero ser honesto cuando está de por medio nuestro Estado de Morelos, Trato de advertir y contribuir a erradicar las insanas practicas que han deteriorado nuestra imagen como Estado, y abonarle a la consolidación de su avance democrático.
ATENTA Y RESPETUOSAMENTE
C.P. Y P. L. en D. RAFAEL CUEVAS PINZON.
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