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SERIE: ALGUNAS SUBESPECIES DEL GENERO HUMANO PARTE I
- Autor : rocavirtual
- Fecha : Jueves 25 de Marzo de 2010 23:36
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Hola a todos colegas; hace algunos días, por obra y gracia de una conductora despistada me quedé sin auto (se me estampó por detras por venir hablando por su celular); así que despues de estar durante unos días pagando una fortuna en taxis, decidí hacer uso del bendito transporte urbano del cuatro veces Heróico Puerto de Veracruz (jarochilandia en lo subsecuente para ahorrar espacio), que por supuesto, es mas económico (Taxi= mínima 25 pesos y de mi casa a mi oficina $ 70.00, autobus= 7 pesitos). Ufff! despues de algunos recorridos maratónicos, concluí que los choferes de este tipo de autotransporte son algo asi como una sub-especie del género humano (igual que los abogados, tal y como ya lo mencioné en alguna otra ocasión). Desde que uno aborda el autobus, es todo un show, pues hay que tener la habilidad de sostener la bolsa (despues de dos o tres recorridos comprendí que no es buena idea llevar portafolios aparte de la bolsa), pagar (obvio, debes llevar el dinero en la mano), mantener el equilibrio y sobre todo, escanear el vehículo a mil por hora para ubicar el asiento libre mas cercano; una vez localizado éste, hay que dirigir la energía (y el equilibrio por supuesto) para llegar a él sin quedar tendida a medio pasillo o sufrir alguna luxación en el hombro (resultado de ir colgando a trompicones sosteniendose en el tubo que se coloca exprofeso en la parte de arriba del autobus); una vez que se logra este primer objetivo, despues de desplomarse (producto de algún frenón intempestivo), el pasajero puede "disfrutar" el recorrido; los servicios ofrecidos por el transporte son los siguientes: música ambiental (a todo volumen y con algún éxito de regueton o banda si el chofer es joven, salsa si es de mediana edad), ventilación (las ventanas invariablemente están trabadas, situación conveniente dado el clima caluroso de jarochilandia) y por supuesto, adrenalina pura en su máxima expresión; no se si es parte del entrenamiento de estos sufridos conductores atinarle a todos los baches que se encuentran, dar vueltas y frenones intempestivos, echarle el autobús encima a todo el que se le pare enfrente (sea peatón, ciclista, automovilista, motociclista y por supuesto, los perros son los objetivos predilectos). Mención aparte merece el espectáculo visual: algunos de estos especímenes (los choferes) van acompañados de su respectiva adelita: jovencitas con pantalon a la cadera (con un generosa porción de la bien conocida llanta a la vista), sandalias descubiertas que permiten la exhibición de uñas perfectamente manicuradas y decoradas con estrellitas, corazoncitos y un sinnúmero de figuras, y que por supuesto, tienen una habilidad de equilibrista que cualquiera envidiaria; los que no llevan adelita, hacen gala de sus dotes de galan, ya que invariablemente chulean a las chicas que están como checadoras (o sea, las que les gritan: vas atras del 21!, dos vueltas! 15 minutos tarde! 10 minutos adelantado!) y a una que otra pasajera que se digna regalarles una sufrida sonrisa de resignación. Así mismo, uno se pregunta: como le hacen estos señores para entrar en el reducido espacio existente entre su asiento y el volante???? ya que muchos de ellos exhiben interesantes pancitas cheleras. Despues de un buen rato, por fin llegas a tu destino y ahi viene el cierre del show; hay que tener una especie de radar integrado para visualizar con tiempo donde está la parada (existen????) levantarse, sostener de nuevo la bolsa y la humanidad, gritar como desaforada bajan! bajan!! (ni pensar en presionar el boton del timbre, pues entre que no se le atina y entre que la mayoría no sirven, no hay como) y al mismo tiempo hacer gala de un equilibrio que cualquier cirquero envidiaria para no ir a dar de bruces encima del chofer y por fin! el vehículo se detiene, asi que utilizando de nuevo el radar y encomendándose a todos los santos, hay que bajar cuidadosamente, pues por alguna extraña razón, los autobuses tienen escalones no aptos para personas de metro y medio (será porque son hechos en el extranjero?? mmmm) y brincar a la banqueta, apostándole por supuesto que en dicha operación no se truene algún tobillo o nos fallen las rodillas para caer hincadas en el piso (aunque si esto pasa, puede aprovecharse la contingencia para darle gracias a Dios por haber llegado viva). En fin, los invito a disfrutar de estos recorridos, son interesantes y económicos, aunque eso si, también les sugiero que al concluirlos no estaría de mas checarse la presión si es hipertenso y por supuesto, no son aptos para personas con problemas de columna o cardiacos. Saludos!
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