Sin pretender dar cátedra de moral, apelando a que nadie se sienta ofendido o lastimado en sus sentimientos, y permanezca esta publicación al menos lo que resta del año, tal como sucedió con el texto del notario, sin demeritarlo, claro, comparto lo siguiente. En las postrimerías del siglo pasado, en una sobremesa, alguien bromeaba diciendo que la carrera universitaria con mayor demanda en el futuro será la de “rateros”, la triste realidad es que la mayoría de los rateros de nuestro país, ya se han doctorado en delincuencia.

Paralelamente a la cruzada contra el crimen, la inseguridad y el hambre, debería trabajarse a todos los niveles para ser honrados y exigir honradez en los servicios públicos, profesionales y todo tipo de prestadores de servicios. Se ha incrementado escandalosamente el número de estafadores en toda la república; la psicología de estos individuos es de sentirse “superiores” a los demás, se consideran más “inteligentes” que el resto de los mortales cuando en realidad no lo son: sus estafas tarde o temprano se les regresarán como boomerang.

No es el único ladrón el que asalta a mano armada: hay otras clases de latrocinios y algunos peores, porque hasta parecen decentes. Son ladrones los que cobran sin trabajar; también los alumnos que copian las pruebas en los exámenes y obtienen una calificación que no les pertenece. También quienes pagan salarios de miseria y gozan de lujos con ese dinero que arrebatan a los necesitados…también el que defrauda al erario público, aunque a este tipo de personas sin conciencia les parezca que no roban a nadie porque el tesoro público no es de alguien, y se equivocan: el erario es de todos nosotros, es nuestro dinero que hemos dado centavo a centavo en las mercancías gravadas, en los impuestos, y  la caja de la nación es la más sagrada, pues de ella depende el alivio de la miseria, de la ignorancia, de la enfermedad, por lo que nada debiera respetarse más.

El honor y la honradez van de la mano; el honor es el ser digno de confianza, pero no sólo ante los demás sino ante sí mismo y si creen en Dios principalmente a Él; los padres con su ejemplo transmiten este valor a sus hijos; cuando en la familia existe un delincuente se mancha a todos sus integrantes quienes invariablemente son señalados por los demás. En México urge rescatar la honradez, hay quienes dicen cínicamente que son sinónimos honradez y tontería. Tontería es decir tal desatino. Las normas morales son las que impiden que nos dediquemos a destrozarnos unos a otros hasta destruirnos, como lamentablemente está sucediendo. Hoy defraudar y robar es lo de hoy; atracar y abusar también; de arriba a abajo. Pero qué tal en navidad y año nuevo, todos somos hermanos y nos deseamos parabienes mientras todo el año nos la pasamos jodiendo al prójimo. La honradez es condición sine qua non para que exista y se conserve una sociedad; la historia nos demuestra que sin honradez se desintegran las familias; las empresas; las sociedades y las naciones.    

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Autor: felixfrancisco (Visita mi Oficina)