Me es interesante observar las manifestaciones de este tipo de sujetos anónimos, sin rostro ni oficio conocidos, sin conocimientos ni formación jurídica, mucho menos experticia,  asumir el papel de "ilustradores de las personas".

Acotaría la expresión y diría que son, para efectos prácticos, ilustradores de incautos.

Seguramente la enseñanza que se espera permear hacia los destinatarios de su pedagógico método es: ante la imposibilidad de construir siquiera una idea, róbatela. 

Total, si se autoroban sus rostros y sus identidades, porqué asombrarnos del plagio de las ideas y los pensamientos de los demás.

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Autor: LicVelazquez (Visita mi Oficina)