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LA JUSTICIA ENTRE LOS PREHISPANICOS A TRAVES DE CINCO ASPECTOS. PARTE IV.
- Autor : Victormiaz
- Fecha : Domingo 08 de Enero de 2012 12:15
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4.- CONCLUSIONES
4.1 EN EL ASPECTO ECONOMICO
Es claro que el imperio azteca tuvo un gran desarrollo y control vertical sobre la economía. Toda la base de la economía estaba en el rey. Todos los tributos eran pagados en nombre del máximo gobernante pero, que disfrutaba toda la clase noble.
La base principal de la economía era el cultivo. La siembra de maíz, frijol, chile y toda clase de verduras es la base de la de la alimentación del imperio azteca. Es curioso que el maguey hay sido una base de la fabricación de azúcar, pulque y toda una larga lista de artículos que con sus fibras se fabricaron y que con la posteridad se haya convertido en una rasgo de lo mexicano que se menciona de manera despectiva y peyorativa. No tengo duda que esto sucedió debido a la imposición ideológica a los mexicanos por parte de los españoles. Con todo, Sahagún manifiesta que el pulque es una bebida excelente para la salud tomada con moderación.
Otra de las bases de la economía azteca, lo eran los tributos impuestos a los pueblos que habían sojuzgado y que pagaban puntualmente. Había inspectores para lograr el cobro de los tributos. La lista de pagos que tenían que hacer los pueblos bajo el impero azteca son tantos y variados que significan una base solida de la economía. Se tenían registros rigurosos de lo que daban los diversos pueblos al rey azteca. En el gobierno de Moctezuma los tributos eran verdaderamente exagerados, cosa que tenia descontentos a los pueblos conquistados.
La pesca y la caza son importantes en la economía del imperio. El arte plumario alcanza su máximo esplendor con los mexicanos.
La extracción de oro, plata y otros metales constituían un rubro de lujo y riqueza que circulaba en todas las formas de joyas. El oro y la plata no tenían el valor que le deban los españoles.
Ahora bien, todos los artículos, pájaros, animales, pescado se vendían en los mercados donde todo se hacia abajo la mirada de los inspectores del imperio. Se tenía que pagar una parte de todo lo que se vendía al rey, quien estaba obligado a ministrar justicia para el buen funcionamiento. Había un juzgado compuesto de doce jueces en Tlatelolco y se colige que en todos los demás tianguis era lo mismo. El orden era tal que se cometían pocos delitos.
La gran variedad de artículos y mercancías que se vendían en los mercados es prueba del gran intercambio comercial que existía entre los diversos pueblos a pesar de la enemistad que entre ellos existía, solo los tlaxcaltecas fueron renuentes a pactar amistad con los aztecas. Así, el imperio azteca, alcanzado su máximo poderío nunca sufrió permanentemente de escasez alguna.
4.2 EN EL ASPECTO FILOSOFICO
Es claro que por lo dicho por Samuel Ramos, Miguel León Portilla, Ginés de Sepúlveda, Fray Bernardino de Sahagún, Bernal Díaz del Castillo, Cortés, podemos concluir que los aztecas no llegaron a desarrollar un pensamiento filosófico bien estructurado y con fines a dar una respuesta totalmente racional a la realidad y el sentido de la vida misma.
Sin embargo, es evidente que el pensamiento de la clase dominante es totalmente diverso a la del pueblo llano. Tenemos los ejemplos claros de Nezahualcóyotl y Tlacaelel, el primero en la poseía, el estudio de la naturaleza, el estudio de la naturaleza y la astronomía y el segundo en lo político de como pensaba la clase noble y respuesta de como es, que tenían preminencia sobre sus gobernados directos así como de sus vasallos. Estuvieron al borde de pasar de la explicación mágica a la explicación racional completa. Es decir que no es cierto que eran seres irracionales e inferiores en naturaleza racional y solo eran menos desarrollados históricamente. Esto lo atestigua Motolinia al hacer relación sobre la forma tan rápida de como aprendieron los oficios. Una pista más nos la da el rápido aprendizaje que los aztecas hicieron del latín.
Ya Vasconcelos lo dijo claramente allí donde se ha conquistado el terreno artístico se ha conquistado el pensamiento racional, el filosófico. Si bien, no en la magnitud que ya había llegado el continente europeo. Es de aquí donde se mide la racionalidad o irracionalidad de los mexicanos. Resulta, para la justificación de la conquista jugar con la idea de irracionalidad de los aztecas y demás pueblos. Con base en Aristóteles y la escolástica que se va a justificar la superioridad de los españoles. Vemos entonces que la ideología es la base de la conquista e inferioridad intelectual de los pueblos prehispánicos y no la ciencia filosófica o científica.
En el campo del Derecho se justifica la guerra contra el imperio mexicano con base en la obra de Francisco de Vitoria: relecciones.
4.3 EN EL ASPECTO AXIOLOGICO
Los valores morales y las leyes estaban intrínsecamente vinculados y cuando lo moral no lograba su cometido las penas por cometer delitos se hacían de manera inexorable, no importando fueros, ni nobleza alguna.
La castidad, la honradez, la sobriedad, la verdad, la templanza, la humildad, la paciencia, el respeto, la lealtad, la solidaridad etc. Con este tipo de valores bien cimentados y rigurosamente acatados, sin que esto quiera decir que no había faltas a las mismas pero, en una sociedad tan rígida la conducta indebida era rápidamente corregida.
Fray Toribio de Motolinia desmiente a López de Gómara ya que dice todo lo contrario a lo que afirma el primero, y eso, no puede provenir más que de una sólida moral enseñada y practicada. Francisco Javier clavijero, nos reseña con detalle la educación de los menores. La educación era dura al extremo de que se les enseñaba a no tener lujos innecesarios, a soportar la falta de comida y descanso.
Vemos claramente que existen pocos delitos cometidos en el imperio azteca y eso, no puede estar contenido solo por las leyes penales sino por la formación estricta en lo moral. Los valores que se inculcaban eran tan bien enseñados y también asimilados que no había escapatoria alguna a estos valores. Todos en conjunto eran los observadores de que se cumplieran las conductas en beneficio del imperio. No había lugar para la moral exclusivamente privada.
Eso nos hace comprender la razón por la cual los aztecas pudieron pasar de ser una tribu sin rumbo y apocada a ser la cabeza de un imperio muy bien organizado y con un sentido: la grandeza en todo lo que hacían.
En el terreno de las leyes, estas eran pocas pero, con la virtud de lograr que los delitos fueran mínimos y los que se cometían fueran plenamente castigados para ejemplo de los demás. En un pueblo que tenia como base religiosa el derramamiento de sangre es de suponerse que la pena de muerte fuera tan común en la aplicación de las sanciones. Las leyes eran perfectamente conocidas y pocos osaban traspasar sus límites. Los reyes eran rigurosos vigilantes de la observación de las normas jurídicas. Tenemos como ejemplo que el robo de seis elotes o mazorcas la pena es la muerte. Para evitar que los viajantes no tuvieran la necesidad de robar se plantaban hileras de plantas de maíz a la vera de los caminos.
Los juicios no duraban más de ochenta días y llegado el día ochenta se juntaban todos los jueces en Tenochtitlan y allí se resolvían. La grandeza de los aztecas tiene como otra de sus bases la justicia pronta y expedita. En la tramitación de los asuntos se llevaba riguroso seguimiento en pinturas y solo se admitían como pruebas la confesión, los testigos y el juramento. Esto nos da idea de la importancia de la educación moral ya que el juramento tenia se base moral. Se juraba por los dioses y era tal su convicción de que no se les podía ocultar a ellos la verdad sin funestas consecuencias que se quien juraba tenia solida defensa en ello.
Había sala para los asuntos penales y era presidida por el propio rey. Los demás magistrados estaban allí impartiendo el derecho de forma justa. Pocos eran los jueces que impartían mala justicia y haciéndola mal eran arrancados como cizañas del cultivo bueno y sano. El propio rey al enterarse de la mala justicia por parte de los jueces ordenaba su muerte y en ocasiones prominentes el mismo los ahorcaba. En los asuntos penales existía la apelación.
Es evidente que los aztecas tenían claro que tipo de cosas se debían penalizar por ser contrarios a la salud y a la buena convivencia. Puede decirse sin temor a equivoco que tenían bien definida la el darle a cada quien lo que le corresponda, es decir, la justicia. En muchas ocasiones las leyes de los aztecas son superiores a las de Roma. Los valores de decadencia y otro tipo de cosas no eran permitidas. En fin tenían valores virtuosos. La mentira, la traición, el robo, la falta de disciplina, el incesto, el adulterio y todo tipo de conductas dañinas para los aztecas son sancionadas por el Estado. No podía el marido engañado matar a la mujer adultera, ello era usurpar la potestad del Estado. Había varias formas de matar: a palos, ahorcados, lapidados, ahogados, con flechas. En eso de la pena de muerte tenían el gusto por la variedad.
En los asuntos civiles ya no preside el rey a menos que fuera de mucha importancia. No existía la apelación. Y en todo se seguía la aplicación de la justicia recta y pronta.
Para la declaración de guerra había un derecho parecido al Derecho de Gentes, se enviaba a los embajadores a solicitar se retractaran de rebelión a los pueblos y en su caso, se hiciera la reparación del daño causado o la entrega de los que dirigían la rebelión si eran los gobernantes. En caso de que fuera el pueblo quien se rebelara se les hacia relación de los beneficios que tenían por no rebelarse o las muchas calamidades que sufrirían en caso de guerra. En uno y otro caso se esperaba la respuesta y en caso de que se sintiera el pueblo lo suficientemente fuerte daba su respuesta negativa por la reparación del daño o la entrega de los lideres y se hacia declaración de guerra entregando rodelas y macanas. En caso contrario se obligaba a al pueblo enemigo a recibir en su templo de mayor jerarquía al dios azteca Huitzilopochtli para su veneración o a la entrega de los lideres de la rebelión para ser llevados ante el rey para su ejecución.
Tenían u lugar prestablecido para las batallas y no se permitía que ningún guerrero por su propia cuenta iniciara las hostilidades, al infractor se le aplicaba la pena de muerte. Por lo general había esta declaración de guerra antes de iniciar las hostilidades ya que los aztecas tenían por una cobardía atacar a los enemigos desprevenidos.
Ahora bien, este tipo de derecho era general y estaba implementado en todo el imperio azteca con sus variantes acomodadas al parecer de cada pueblo en particular.
Todo este cuadro nos hace ver que de manera alguna los aztecas eran un pueblo bárbaro e insensible. Si equívocos para los valores que actualmente predominan. Seria un error grave tratar de hacer un examen de sus vida con los ojos externos. Se debe valorar desde su interior para poder hacernos una idea libre de moralina, ideología o cosas ajenas a la cultura de prehispánica.
4.4 EN EL ASPECTO SOCIAL
El aspecto social es de tipo piramidal y estaba encabezado por el rey que detentaba todo el poder y lo delegaba en los funcionarios calificados para ello. Todos los reyes de los aztecas provenían de la nobleza y tenían que probar su valor y su sabiduría.
La nobleza a su vez se dividía en dos, la alta nobleza y la baja, los primeros tenían la oportunidad de ocupar los más altos cargos y eran educados para ello. Su educación era al interior de los templos y era demasiado rígida al extremo de que hoy se nos hacen horrendas las formas de castigo: piques con púas en lengua, orejas y otras partes del cuerpo. De esta clase surgían los más valeroso guerreros tales como generales, capitanes, caballeros águilas y tigres.
Los sacerdotes también provenían de la alta nobleza y había tantos y tan variados cargos. Desde ser el sacerdote principal hasta el que componía los himnos o estaba al pendiente de las recaudaciones de las riquezas para el mantenimiento de los templos.
La nobleza baja estaba destinada al servicio de los templos pero, desde la parte posterior de los templos. Su educación también era dura. Sus principales actividades consistían en acarrear leña, atizar el fuego entre otras. Servían también en el ejército sin llegar a ocupar los grandes cargos.
En la base estaba el pueblo llano que también servían en el ejército como soldados rasos y en algunas ocasiones por su valentía podían convertirse en famosos y aclamados y por ende, subir a otro estrato social. En el pueblo estaban todos aquellos que sabían un oficio ya sea femenino o masculino, para el sostenimiento del mismo pueblo como para la clase noble.
Había esclavos por causa de guerra, por delitos y pobreza. A diferencia de otros pueblos los aztecas no tenían a los esclavos para el trabajo forzado ni la construcción de edificios o pirámides de manera fundamental sino para el sacrificio.
Aquí se ve diáfanamente como la estructura social bien definida y rígida daba como resultado que no hubiera posible desorden, sedición, motín o asonada que no pudiera ser controlada por el imperio. El rey es casi sagrado. Solo unos pocos pueden verle a la cara. Todos los demás tenían prohibido siquiera levantar los ojos. A cada rey que tenían le juraban obediencia absoluta. Esta es la razón por la que estando lo españoles a punto de morir a manos de los aztecas. Moctezuma los detiene, dando tiempo a los españoles para planear su escape que ahora conocemos de la noche triste. Que debe ser no de tristeza sino de alegría.
4.5 EN EL ASPECTO ARTISTICO
Las grandes pirámides que construyeron los aztecas son muestra segura de el grado de espiritualidad habían logrado conquistar. Ahora bien, la ornamentación delicada y hermosa todavía ahora nos sigue sorprendiendo. Claro esta que visto a través de la visión cristiana la arquitectura azteca no puede resultar más que horrible, diabólica. Ya sabemos cuales son los valores católicos y su visión de beatería, aderezada de más beatería con un fondo cruel. Allí tenemos el Santo Oficio como brazo ejecutor de las sentencias antijurídicas que la iglesia dictaba.
En la pintura resulta que no eran tan esplendorosos los aztecas, ya que representaban a los seres humanos con cabezas enormes y cuerpos desproporcionados.
En la orfebrería, la cerámica, el arte plumario, la escultura fueron excelentes y hoy podemos ver la calidad de los artículos para el lujo, la belleza y todo aquello que nos dejaron y que a través de ello podemos comprender la grandeza de uno de los imperios que no decayó por si. Solo podemos especular sobre los límites de su grandeza pero, no hay duda de su superior concepción de la belleza.
Con el arte literario los aztecas llegaron a las más altas cimas de lo bello y lo sublime. Tenían géneros poéticos muy variados que tenían un fin en sí. La poesía religiosa se destinaba al culto divino. La poesía lírica describía los grandes momentos de la guerra. La poesía épica servía para los preparativos de la guerra y para darse ánimos. La prosa histórica es de suma importancia ya que a través de ella nos dejaron constancia de su historia y de la llegada de los españoles. La prosa imaginativa tenía como fin el de embellecer las cosas históricas y para que el oyente se deleitara.
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