Todos hemos escuchado por un medio u otro los escándalos que acontecen en el sur del país, escuchamos que la reforma educativa fue realizada para otorgar a nuestra juventud de una “educación de calidad” y que por ello se emprendieron acciones como la evaluación docente — suena bien ¿no? —, oímos que los maestros de la Coordinadora mantienen reos a los niños que no pueden ir a clases a la vez que obstaculizan las actividades económicas de los estados y todo parece indicar que los maestros de la coordinadora son una bola de revoltosos que solamente gustan de no ir a trabajar y de obstruir, pero ¿cuánto de eso es cierto? Cuando la reforma educativa se estaba empezando a difundir se escucharon las primeras voces de inconformidad, se hablaba de una reforma laboral que estaba disfrazada de educativa a su vez nuestros “letrados” legisladores se apuraron a pronunciar que no existirían despidos por fallar en las evaluaciones pero que si habría movimientos a cargos administrativos y que estas evaluaciones serian siempre por el bienestar infantil. Pero la no tan sorpresiva realidad se cristalizo cunado tuvimos a la vista la “Ley General del Servicio Docente” la cual aniquila las afirmaciones de los legisladores nombrando a su “Título II Del Servicio Profesional Docente” y “Capitulo VIII DE LA PERMANENCIA EN EL SERVICIO” estableciendo en su artículo 53 que el personal que no sea acreditado como suficiente en las tres evaluaciones a las que haya lugar se le darán por terminados los efectos del nombramiento de maestro --¿No qué no?— Pero aquí de nuevo la astucia legislativa quiso tapar el sol con un dedo y estableció en el octavo transitorio de la misma ley que quienes no alcancen el rango se suficiente en las tres evaluaciones serian removidos de la actividad docente y trasladados a la función pública o se les permitiría ingresar a programas de retiro voluntario, lo que en jerga coloquial se traduce en que: quien repruebe tres veces será despedido como maestro sin liquidación, ni contraprestación alguna y se le contratara a ver en donde se puede con una trabajo completamente nuevo y sin vinculación con el anterior. Hasta aquí las cosas parecen nubladas para los maestros, pero los defensores de la reforma señalan que tienen tres oportunidades y que además existirán evaluaciones previas que no serán vinculatorias a las de permanencia y que además también habrá capacitaciones así que no va a pasar quien de verdad no deba estar ahí pero el diablo se esconde en los detalles, la misma Ley General del Servicio Profesional Docente señala en sus artículos 80 y 81 que las resoluciones que deriven de estos procesos se pueden impugnar mediante un recurso revisión pero en su artículo 82 establece que tratándose de evaluaciones solo se puede imponer el recurso contra la APLICACIÓN del examen mas no así en contra de su contenido, esto es, un maestro se puede inconformar porque no le dieron una lápiz afilado del número dos y que el examen comenzó 3 minutos después pero no así de hechos verídicos debatibles como ¿quien descubrió américa? (Pista no fue Cristóbal Colon) así que ¿de qué sirve ese recurso? Por lo anterior es evidente que la reforma educativa fue diseñada desde un principio para someter al gremio de maestros haciendo del gobierno mexicano un Súper patrón que puede despedir a diestra y siniestra a sus trabajadores sin tener ninguna obligación laboral con ellos, ante ello los maestros interpusieron juicios de amparo señalando las diversas violaciones a sus garantías constitucionales y a su derecho humano a la estabilidad laboral, a lo que la tremenda corte respondió que inclusive para los derechos humanos “hay excepciones” así que resumidamente a reforma laboral/educativa les aplica la de Herodes a los maestros. Es evidente que si un patrón abusa de un trabajador y las autoridades dicen que el patrón esta en lo correcto solo habrá resistencia por parte de los trabajadores, resistencia que se ha manifestado fuertemente en Chiapas y Oaxaca, ante lo cual la fuerza bruta y el desprestigio son las acciones que ha emprendido el gobierno. Personalmente creo que es sano evaluar a los maestros y en su caso despedirlos, pero esta evaluación no puede ser una instrumento que usa a la ligera el gobierno para terminar con sus pasivos laborales, esta reforma en verdad debe respetar los derechos laborales de los afectados dándoles la oportunidad de impugnar el resultado y aun ante la insuficiencia verdadera debe haber liquidaciones conforme a la ley o que sigue ¿Evaluar a los burócratas de rango medio y bajo para ver a quienes se quita el gobierno? Y si es así ¿Quién va a evaluar al presidente, legisladores y a la tremenda? Digo porque si los maestros influyen en la educación de los niños el presidente, legisladores y corte influyen además en economía, seguridad social, seguridad pública, relaciones internacionales, derechos laborales etc. Diego

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Autor: Diego_V (Visita mi Oficina)