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LORENZO CORDOVA VIANELLO
- Autor : Victormiaz
- Fecha : Viernes 22 de Mayo de 2015 15:09
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La clase política y los funcionarios públicos se comportan pública y de forma privada como si fueran de castas divinas. Sus excesos, su desprecio hacia el pueblo, sus crímenes y toda clase de corruptelas parece que no van en perjuicio de la nación mexicana y de la humanidad en general. No hay día en que los mexicanos no nos enteremos de una lista de corruptelas, delitos y excesos cometidos por políticos y funcionarios públicos.
A Lorenzo Córdova Vianello, le ha quedado grande el puesto de Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral y por si esto fuera poco, sus comentarios en contra de un líder descendiente directo de los pueblos prehispánicos ha mostrado claramente la falsedad con que actúa. Esto es grave dada su posición ni más ni menos de Presidente Consejero del Instituto Nacional Electoral, mismo que se encarga o mejor dicho, debería encargarse de vigilar que los políticos no cometan excesos, delitos y corruptelas en la persecución del poder público. Esto se agrava aún más, en virtud, de ignorar, Lorenzo Córdova, el respeto que le debe a los mexicanos de cualquier rango social y en especial, a aquellos que no han tenido la oportunidad o gracia de pasar por estudios académicos o de heredar el nombre y posición de la que él, goza. Ignora que son precisamente los mexicanos con menores estudios o de plano sin ellos, los que sostienen la carga impositiva del gobierno y de la cual goza un sueldo que no desquita ni de lejos. Su comportamiento es deleznable, pueril sin que ello sea obstáculo para mostrar su desprecio a los que considera de poca garantía humana y fuente de sus burlas.
Un señorito remilgado (De los cuales abundan en el poder), como Lorenzo Córdova, no tiene la mínima calidad humana y académica para tratar de guiar el Instituto que mal encabeza y, espantado de sus propia maldad y tontería congénita, sale a dar unas explicaciones y disculpas que ninguno le pidió y más que ello, fue una confesión maquillada de cobardía y villanía, al tratar de desviar las criticas bien ganadas hacia su personal, argumentando que la llamada fue intervenida ilegalmente. Ese no es el punto a tratar. El meollo del asunto es, que públicamente se comporta falsamente ante la ciudadanía y de manera privada expresa su más hondo sentir en toda una gama de pueriles pero venenosas declaraciones sobre los mexicanos inconformes con la mala actuación de la clase política y de los funcionarios públicos.
Si Lorenzo Córdova fuera lo que dice ser, inmediatamente debió de presentar su renuncia inmediata con carácter de irrevocable y así, por lo menos una vez en su vida actuar dignamente. Sin embargo, ha salido al teatro televisivo y de los medios de comunicación a salvar el puesto que, obtuvo gracias al nombre de su padre y al servilismo ante los políticos en el poder. Falsamente espantado y torpemente arrepentido, menciona que, ha interpuesto una denuncia ante la Procuraduría General de la República, contra quien resulte responsable de intervenir sus conversaciones privadas. Ahora bien, esa conversación puede ser ilegal pero nos muestra la realidad del sentir de los políticos y funcionarios públicos para con el pueblo llano. Si la conversación fue hecha mientras estaba en funciones públicas y a través de teléfonos públicos con otro funcionario público, a saber, el Secretario del mismo instituto Edmundo Jacobo Molina, dichas platicas no pueden ser privadas; es de interés general saber y conocer a fondo a los funcionarios públicos que viven del erario, es decir, de dinero público.
Por si la torpeza de Lorenzo Córdova fuera poca, la aumenta y la llena de cobardía, al más puro estilo político de oropel al señalar que, se trata de desprestigiar al Instituto Nacional electoral desde afuera; no, al instituto lo dañan y han podrido desde adentro. Se sospechaba de antes de los consejeros que integran dicho instituto pero, ahora sabemos con certeza su naturaleza y sus psicología torcida de la realidad. Son los propios consejeros los que dañan permanentemente al instituto encargado de vigilar la legalidad de las elecciones nacionales; y en especial, daña profundamente a dicho instituto, el Consejero presidente Lorenzo Córdova con su vileza y afectada actuación para con sus responsabilidades públicas.
Lorenzo Córdova, debería irse por su propia voluntad y por un rasgo de valor pero, no lo hará, ¿dónde lograría tan pingue salario y un trato bien fuera del instituto?. El pueblo en general debería pedir y forzar su salida para recuperar la dignidad, la legitimidad y la legalidad del instituto. La permanencia del consejero presidente solo abonará a que el sistema corrupto se mantenga con la misma fortaleza en detrimento de los mexicanos. No es con explicaciones y disculpas como se logrará imponer, por lo menos la legalidad, sino con la renuncia voluntaria o forzada de funcionarios públicos pillos y cobardes.
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