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EL FANATISMO Y LOS SERES HUMANOS
- Autor : Victormiaz
- Fecha : Jueves 26 de Junio de 2014 19:47
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No veo a los fanáticos del futbol como enemigos míos aunque jueguen en contra de la selección mexicana; esa selección que es escogida por unos cuantos, en beneficio de los dueños del futbol en México; de esos pobres que solo conciben la vida como sujeta a una esfera yendo de aquí para allá y que la comercian hasta el punto de la saciedad e idiotismo. Esta historia se repite en las diversas federaciones de sitas en los diversos países.
Ahora bien, estas federaciones nacionales de futbol están bien estructuradas, regidas por La Federación Internacional de Futbol Asociación. Si se ve la estructura interna de la FIFA esta se nos muestra como una gran trasnacional que divide las regiones del mundo para su mejor éxito económico. Tiene un gerente general, subgerentes hasta llegar al más modesto trabajador; todos con un solo fin: hacer que el negocio sea productivo al máximo. Los medios de comunicación son el otro gran brazo que impulsa el consumo de este deporte de elites gananciales y consumo inconsciente de masas. Por todo ello, no veo enemigos ni arde en mí, pasión alguna por el futbol ni laten en mi antagonismos creados y sostenidos con el solo fin de enajenar y hacer consumir a los seres humanos.
Mi humanismo solo puede ver y valorar a los seres humanos en cuanto a seres humanos; en cuanto son objeto de estudio de la filosofía, en cuanto son objeto de la antropología, de la ética y la moral, en su relación como sujeto de derechos y obligaciones; en fin, como seres sociales separados por los patriotismos arcaicos. Claro que hay otras relaciones entre los seres humanos pero pongo y supongo estos como las formas básicas de valorar.
¿Cómo puedo tener como enemigos a otros seres humanos sometidos al artificio engañoso de rivalidad patriótica?, esto es, radicalmente contario a mi concepción de lo humano y el humanismo. Muchas cosas más se pueden decir pero baste esto para poner en perspectiva que no para todos sirve este vulgar engaño. Recordemos lo que decía ese genial humanista mexicano que después de valorar todo lo elevado y bello se decidía por el otro: “Amo el canto del senzonte pájaro de cuatrocientas voces, amo el color del jade y el enervante perfume de las flores, pero más amo a mi hermano; el hombre”. Nezahualcoyotl.
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