Son varias las razones por las que una persona pudiera decidir adoptar en algún momento de su vida, entre ellas la realización personal, problemas para concebir un hijo de forma natural o artificial, o simplemente por el deseo ayudar a un ser humano a formar parte de una familia.

La adopción se vuelve entonces, en una forma en la que esas personas buscan formar y consolidar una familia en un ambiente de amor y armonía (al menos en teoría), el cual es un derecho natural que todas las personas poseen, pero que sin embargo, pocas de ellas logran hacerlo, especialmente en nuestro país. Dejando las posibles justificaciones que pueden existir, en México, las personas que han tomado la decisión de adoptar se enfrentan a un trámite que resulta ser complicado, tardado y a veces extenuante. Lo anterior trae como consecuencia la reducción de posibilidades de poder tener una familia tanto para los padres adoptivos como para los hijos susceptibles de ser adoptados.

Por esa razón, es de vital importancia y urgencia que en México se replanteé la eficacia y procedimiento del trámite de adopción, modificandolo o cambiándolo de ser necesario, por uno más ágil y sencillo, claro está, sin que en ningún momento se dejen desprotegidos los derechos de los menores.

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Autor: Luis Bec (Visita mi Oficina)