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GOBIERNO GERENCIAL Y LUCHA SOCIAL
- Autor : Victormiaz
- Fecha : Martes 25 de Septiembre de 2012 15:32
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El mayor signo de injusticia dentro de un Estado es la existencia de los luchadores sociales, para bien o para mal. Estos luchan contra las injusticias del Estado y en no pocas ocasiones se coluden con el Estado para mantener el Status Quo con mínimos avances a manera de lenitivos contra los reclamos sociales. Bien se puede colegir que el Estado ya sea por debilidad, dependencia o perversión deja de cumplir con sus fines sociales, económicos, políticos y en general por aquellos por los que fue creado y entonces, se vuelve el primer transgresor del marco jurídico. Ahora bien, las clases más beneficiadas por este tipo de Estado siempre y en todo momento usaran de todos los recursos ideológicos, de comunicación parcializada, del marco jurídico construido para darle continuidad a dicho Estado y hará uso y abuso en primera y ultima instancia de la fuerza publica para evitar su desaparición o su transformación a efecto de corregir los fines torcidos hacia el bien común del pueblo al que se debe. En efecto, un Estado de este tipo sometido a los intereses particulares, tanto internos como externos no cesara en su intento por sobrevivir a cualquier precio.
En lo interno bien se pueden ver dos clases bien definidas, la burguesía y la clase política de manera soterrada, sostendrán que ese modelo de Estado no solo es legal y legítimo sino también perfectible y que todas las reformas tendrán como único fin el mejoramiento de la vida del pueblo en general. No puede haber una engañifa tan bien maquillada de verdad como esta. Un Estado basado en leyes fundamentales injustas no puede de manera alguna producir condiciones generales justas para la vida nacional. En primera porque estas dos clases tienen sus intereses particulares y en segundo, por las grandes empresas internacionales que vienen a contribuir con mayor fuerza al sometimiento de la dependencia nacional a los intereses particulares extranjeros. Esto es así desde la década de los 80’s y se consolida con los contratos de participación publico privadas impuestos a los débiles Estados nacionales desde el exterior bajo la amenaza de que en caso contrario no habrá inversiones que mejoren la vida de los pueblos. En México la aprobación de la Ley de Asociaciones Publico-Privadas se hizo con fecha catorce de diciembre de dos mil once y con esto se abre la inversión privada, tanto nacional como extranjera, en los rubros mas importantes. Lo siguiente será la reforma de la Ley del Trabajo, misma que permitirá la mano de obra barata a efecto de lograr de manera integral poner al Estado como una mera herramienta o en el mejor de los casos una buena Administración Gerencial con facultades constitucionales para allanar los caminos del capital con los mínimos derechos y beneficios hacia los trabajadores y las mínimas vías legales para la defensa de la población en la adquisición de bienes o pago de servicios de toda índole.
Se puede colegir sin duda alguna que el propio Estado es el generador de los luchadores sociales al no poder cumplir con los fines para los que inicialmente fue creado. No importa cuanta legalidad exista en un Estado de este tipo, las necesidades sociales de toda clase están lejos de los fines impuestos, tanto por los intereses nacionales como extranjeros que, son, el lucro de todo tipo, ya sea con los bienes naturales, minerales, laborales, venta de bienes o servicios. Es decir que este nuevo tipo de Estado nacional formal tiene sus riesgos calculados tal y como los tiene una empresa privada. En un Estado donde existe la legalidad y la legitimidad, por lo general basta con acudir a la justicia para que el ciudadano logre la protección del Estado y el respeto a sus derechos. En México con los gobiernos gerenciales la justicia general es una ilusión vana. Adiós soberanía nacional, bienvenido el nuevo paradigma de la legalidad.
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