Si su intención eran hacer las cosas bien y apoyado por la Ley, no hubiera usted iniciado la relación en la forma en que lo hizo; ahora tendrá que sufrir las consecuencias que la propia Ley a la que pretende acogerse para eludir sus responsabilidades.

Si el contrato de arrendamiento lo firmó usted como arrendatario y su padre como fiador, ambos deberán continuar pagando la renta durante todo el tiempo que su novia decida seguir viviendo en el departamento, ya que a ella no puede usted desalojarla, porque usted mismo le dió la posesión, derecho que se encuentra tutelado a su favor en los propios ordenamientos legales; lo mismo ocurre con sus "electrodomésticos", los que independientemente del buen trato que les pudiera dar, con el pase del tiempo se deteriorarán y terminarán inservibles, sin necesidad que su novia lo haga intencionalmente.

De igual forma, ella tendrá que pagar el crédito que obtuvo en la tienda departamental para cubrur los gastos de la primera renta y el depósito exigido por el arrendador.

Por lo que hace a la pieza de joyería cuyo extavío le atribuye a usted su novia, tenga presente que ella, en un momento dado, puede acudir al agente del Ministerio Público y presentar la denuncia respectiva por el robo de ese artículo, y tenga por hecho que si decide a hacerlo, le va a resultar a usted cita como indiciado.

Y dése de santos que su novia no resuelva decir que usted la secuestró y llevó al deparamento en contra de su voluntad y la violó, acción esta última que podrá ser corroborada con una pericial médica con la que se acredite que perdió su virginidad, porque entonces tendrá muchos años para meditar cómo hacer las cosas bien antes de empezarlas, pero recluido en un centro de readaptación.

Como podrá advertir entonces, al apoyarse en la ley, usted sufrirá las consecuencias de su irresponsabilidad al hacer las cosas, primero al "ai´se va", y después pretender que sean hechas correctamente desde un inicio.