Estado de Referencia: Distrito Federal

Se trata de un testamento en el cuál el finado dejó asentado que su propiedad fuera entregada a su esposa e hija en un 50% a cada una de ellas. Hago la aclaración de que la hija es producto del primer matrimonio del señor y no de la señora a la que está heredando quién es su segunda esposa.  El caso es que no obstante que así lo especifica el testamento, la esposa ya se apropio de casi el 60% de la propiedad y por estar en esquina, de la parte más costosa, esto es, de la esquina y no conforme con esto ahora está reclamando el 75% de la propiedad pretendiendo dejarle a la hija del finado solo el 25% de la misma. Mi pregunta : ¿es legalmente posible que uno de los beneficiarios cambie a priori  y a su conveniencia los términos del testamento yendo en contra de la voluntad del finado? ¿qué dice la ley al respecto? Por otra parte, el albacea es hijo de la señora y por lo tanto se pone de su parte y como él tiene en custodia las escrituras, no las quiere entregar ni tan siquiera en copia ¿no está actuando en forma ilegal?

El albacea está obligado a exhibir la escritura del inmueble al momento de presentar el inventario y avaluo. Por lo que comenta parece que no han realizado el juicio testamentario. El labacea por otra parte está obligado a garantizar su administración y si no cumple puede mediante incidente en el proceso removerlo. También menciona que una de las herederas es su segunda esposa, ¿el Sr. se divorció de la primera? ¿Si se divorció disolvió la sociedad conuyugal de existir ésta? ¿Se casó por sociedad conyugal en su segundo matrimonio? porque de haberlo hecho su segunda esposa es dueña de cincuanta por ciento de la masa hereditaria por gananciales y en consecuencia sí le corresponde el 75% del bien, sin embargo no es la parte que ella quiera si la casa no logra cómoda división y si además una sentencia no lo establece. En fin, hay muchas preguntas en su asunto por lo que requiere forzosamente los servicios de un abogado, no tinterillo, no coyote, no urupador, no oportunista, no contador.